El rincón de las arañas
Jugadores brasileños hay por todo el mundo. Algunas ligas cuentan con los más glamorosos, y los que llegan a nuestro querido fútbol uruguayo son muchas veces desconocidos para el gran público. Con la excepción del recordado Paulo Silas y su efímero pasaje por Central Español por obra de un pase puente, los compatriotas de Pelé que pasan por nuestra canchas son poco conocidos y representan una caja de sorpresas. Generalmente, se mimetizan con las características de nuestra liga, y disimulan muy bien su condición de brasileños. Algunos, incluso tienen que mostrar el documento de identidad, porque nadie les cree que hayan nacido en la tierra de la Bossa Nova.
Uno de esos casos fue el del célebre Léo Gamalho. Recordemos que cuando llegó, el espigado ariete era poco menos que la segunda versión de Zlatan Ibrahimovic, un asesino del gol, con gran oficio dentro del área y gran presencia física. Todo eso era Gamalho. No sabemos si por falta de adaptación, culpa del fútbol uruguayo, de sus compañeros, del frío, o porque realmente no era lo que se decía, se tuvo que ir por la puerta de atrás. De la presencia física queda el recuerdo de sus dificultades para darse vuelta, mientras que de su oficio queda la duda de si sería plomero o carpintero. “Yo no tuve nada que ver con la contratación de Gamalho”, dijo Hugo de León, mostrando una cintura más estilizada que cuando jugaba.
Por cada Neymar, hay un Joao Pedro, por cada Roberto Carlos, hay un Diogo Silvestre, por cada Ronaldo, un Gamalho. ¿Será que cada liga tiene los brasileños que se merece? Ahora llegó el zaguero brasileño Matheus Bressan a Peñarol, y nuestra preocupación pasa por lo siguiente: si de Gamalho se decían tantas cosas buenas y fue lo que fue, de este garoto, de quien se dice que los hinchas del Gremio se juntaron a festejar por su salida, ¿qué esperar? Peñarol fue por otro zaguero, pero como no pudo trajo a su suplente, a la vez el jugador más resistido por la “torcida” gaúcha.
Si existiera una “escala Gamalho”, para medir el desempeño de los jugadores brasileños en nuestro fútbol, ¿qué índice sería el correspondiente a este nuevo jugador carbonero? Para este cronista, tiene todo para ser el equivalente defensivo del “Zlatan de Florianópolis”. Guarde estos titulares: “Bressan no fue lo que esperábamos, pero confiamos en el ojo de Ahuntchaín”. (Da Silva), “No fui el único responsable de la contratación de Bressan”. (Ahuntchaín), “No sé quien es Bressan, pero a partir de ahora voy a decidir yo las contrataciones” (Damiani).
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