El rincón de las arañas
El mes de la nostalgia siempre trae sorpresas en Uruguay. Este año, mientras usted ande por alguna boite moviendo el esqueleto con la patrona, va a estar palpitando el debut del pase del año, el de Martín Ligüera a Nacional. Que una de las “vedettes” de este período de pases haya sido un botija de 35 que vuelve casi 20 años después de su debut al equipo albo, demuestra dos cosas: que somos un país de nostálgicos, y que valoramos mucho la experiencia.
El ultimo 10, el fetiche de J.R en la selección, el que tiene más vueltas a Nacional que Carrasco y Abreu y tan diferente al resto de sus colegas como su apellido que porta este poco habitual signo ortográfico, Ligüera es como un animal en peligro de extinción al que hay que cuidar. Creemos que hasta los defensas rivales evitan pegarle, por todo lo que el enganche criado en Florida genera en propios y extraños. Tal es asi, que en la famosa pasarela que se le hace a los nuevos, no había un solo jugador de Nacional que se animara a golpearlo, hasta que algún atrevido le pegó un corto en la nuca y se sumaron todos, demostrando que las nuevas generaciones no tienen respeto por nada. Al cierre de esta edición se manejaba una posible lesión de cadera del volante ofensivo, producto de la desmedida golpiza de sus jóvenes pares.
Talento, bonhomia, calidad, exquisita pegada y cara de bueno. Seguramente, es positivo para los grupos y hace unos asados bárbaros. Costo beneficio, no dudamos de que se trata del jugador más barato del campeonato uruguayo especial. Ligüera es de esa raza de jugadores que juega sin despeinarse, y con la alegría de un niño. Por eso, creemos firmemente que podría jugar hasta los 45 años si así se lo propusiera. Si puede volver a jugar el italiano Vieri con 43 años y 7 sin jugar, ¿por qué no se puede destacar Ligüera en nuestro fútbol?
Tenga en cuenta estos datos: allá por 1996, lo hizo debutar en primera Miguel Angel Puppo y el 9 de su equipo era “El búfalo” Karim Adippe. La música de “Los Fatales”, que usted va a bailar el 24 con la patrona, recién se estaba empezando a conocer. Y después dicen que no existen los viajes en el tiempo…
El Aguante, el rincón de las arañas, Martín Ligüera, Profesor Hermes J. Sanabria