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Luego del tipo de tragedias como la que le pasó al plantel de Chapecoense camino a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana comienzan a aparecer historias increíbles sobre las personas involucradas o no en los accidentes. Así ocurrió en el lamentable hecho del club brasileño, ya que se conocieron las historias de dos jugadores que no viajaron por algunas casualidades que les terminaron salvando la vida.
Alejandro Martinuccio fue un delantero argentino que pasó por Peñarol hace algunos años y ahora militaba en Chapecoense. Un problema ocurrido hace poco tiempo y que en principio era un obstáculo en su carrera fue lo que lo terminó salvando de la tragedia. El jugador se lesionó la rodilla hace varias fechas y hace poco tiempo se había realizado un tratamiento, por lo que se encontraba en recuperación. “Me hicieron una artroscopia en la rodilla y por esta causa no estaba bien físicamente y no viajé”, dijo en el campo del Arena Condá de Chapecó. “Estoy en shock, es difícil, triste. Es llorar y no parar de llorar y acordarte de cada compañero porque el equipo es chiquito y conquistó una plaza en una final que nadie podía creer. Se formó una familia, una unión y ahora nada”, dijo el jugador conmovido.
El caso de Marcelo Boeck fue más increíble que el de Alejandro Martinuccio. El jugador cumplía años el mismo día del juego ante Atlético Nacional y como no era uno de los jugadores claves del equipo, le pidió permiso al entrenador para no integrar la delegación y quedarse en su casa para festejar: “Yo y mi hijo cumplimos años y celebramos la noche misma de la tragedia. El equipo ya había viajado y fue el entrenador el que me dio una segunda vida”, dijo en una entrevista con la cadena ESPN.
Su cumpleaños fue especial ya que cuando terminó los festejos todavía no había ocurrido el accidente y se acostó normalmente. “Me enviaron felicitaciones, me acosté y me desperté a las tres y media de la mañana con llamadas en mi móvil para saber si estaba bien”, dijo.
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