El rincón de las arañas
Últimos suspiros del año. Seguramente, mientras usted está más pendiente de llevar el cordero o el lechón a asar a la panadería, o diagramando el operativo bebida fría, lo menos que le interesa es el fútbol. Y no lo culpamos, a nosotros tampoco es que nos venga interesando mucho en este momento. No seamos hipócritas. Pero a uno se le paga por esta labor, y alguien tiene que llevarla adelante. Es más preocupante la llegada inminente de la suegra o de algún otro pariente indeseable para pasar el 31 o el primero, a que el rival de turno traiga a un jugador que sacuda el mercado. Esas cosas hace varios períodos de pases que no suceden.
¿Cuántas páginas se han escrito acerca de la posible llegada de jugadores a Peñarol o a Nacional? ¿Cuántas horas de espacios radiofónicos se han llenado discutiendo si el jugador está roto, si es caro, si debe venir, si no, si el cuerpo médico tiene la receta para que no se lesione? Mientras tanto, el involucrado descansa en la playa con su familia, que es lo que todos querríamos hacer, en vez de estar perdiendo el tiempo leyendo especulaciones de gente que tiene que darle titulares al público.
Póngase la mano en el corazón, y diga sin repetir y sin soplar las alineaciones completas de los jugadores que se mencionan para Peñarol y Nacional. Piense en cuántas veces ya escuchó el “vamos a traer 4 o 5 pero desequilibrantes”, para que después lleguen el 5 de Almirante Brown, el 9 de Deportivo Paraguayo, o el 10 de un ignoto team brasileño que hace 6 meses que no se calza un zapato de fútbol. Por no nombrar a los Gamalhos, Ávalos y Bressanes del mundo.
La columna de hoy tiene por fin, más que nada, que el único humo que lo afecte en estos días sea el de la parrilla. Como trabajador de la prensa, le decimos que no se preocupe si tiene que irse de vacaciones, que los equipos van a incorporar a su debido momento a quienes quieran y/o puedan. Todo lo que usted lee, ve, o escucha por estos días obedece a la necesidad de generar algo en tiempos donde la pelota reposa mansamente. Dejémosla descansar, y de paso hagan lo mismo los que pueden. Hasta el próximo año.
el rincón de las arañas, fiestas, fútbol, Profesor Hermes J. Sanabria