El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Tal vez no haya un recuerdo demasiado nítido de los enfrentamientos entre Leonardo Ramos y Alexander Medina dentro de un campo de juego, cuando vestían las camisetas de los equipos a los que hoy dirigen. Los dos tuvieron buenas carreras dentro del campo de juego, pero Ramos no pasó por Peñarol en su mejor época ni en la mejor del equipo aurinegro, por eso no podría hablarse de que entre ambos profesionales haya habido una rivalidad histórica. Pero prepárese, porque lo mejor está por venir, como dice una frase muy utilizada por los optimistas de la vida.
Apenas asumir, Medina ya disparó su primera flecha. “Pagaría para que hubiera más clásicos en el año”, dijo con el ceño fruncido característico el otrora pelilargo goleador, logrando el primer aplauso de su presidente y seguramente el de muchos hinchas. La política del Cacique es muy clara y no admite sutilezas, es un hombre que vive en pie de guerra y cuya intensidad obliga al rival a estar a la misma altura. Es entonces el turno de Ramos, hombre que no rehúye la confrontación, en su momento dentro del campo y ahora fuera del mismo. El estratega carbonero no podrá caer en el afloje propio de aquel que gana un campeonato, porque del otro lado hay un colega dispuesto a que la cosa suba un poco de tono. Para eso lo trajeron.
Se viene una era que promete, para todos aquellos que entienden que los clásicos son especiales y determinan la campaña de un equipo grande. Seguramente, lo que no alcanzó a ser el duelo entre los Medina y Ramos jugadores, ofrezca en esta versión del otro lado de la raya de cal una rivalidad para alquilar balcones. Todo es por algo. Si el destino no quiso que aquel zaguero de gran pegada y aquel enjundioso delantero se enfrentaran mucho dentro de la cancha, fue seguramente porque había una sorpresa esperando muchos años después.
Mientras la gente escribe las cartas a Papá Noel, ellos arman sus equipos para el 2018 y se preparan para hacer que los clásicos vuelvan a ser clásicos. De un lado, un Ramos que pese a ser campeón, tiene que ganarse el corazón de un Barrera que en el pasado no fue demasiado fan suyo. Del otro, un Medina que sabe que el Puma lo ve como una extensión suya en el banco de suplentes. ¿Equipos motivados al 100% de intensidad? Garantizados. ¿Declaraciones explosivas y/o polémicas? Tan aseguradas como una salida de cadena de Estoyanoff o Polenta en el próximo clásico. ¿Chupines, blazers y buzos entallados escote en V? Cuente con eso. Medina vs Ramos, Ramos vs Medina. Garantía clásica.
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