El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Por algún motivo, al ser humano le da siempre por plantearse divisiones absurdas en terrenos en los que estas no son necesarias. Así, crecemos con la pregunta sobre si queremos más a nuestra mamá o a nuestro papá, cuando somos padres nuestros hijos nos preguntan cuál es nuestro hijo preferido, y así sucesivamente. Como siempre decimos, el fútbol no escapa a los patrones que se dan en la vida diaria, por eso hemos visto una y mil veces cómo entrenadores y periodistas plantean dicotomías absurdas. Como si alinear a dos buenos jugadores juntos fuera un pecado, resulta que hemos llegado hasta el punto de plantearnos si Suárez o si Cavani. ¿Con qué necesidad?
Cuando Cavani atraviesa alguna racha impresionante, muchos dejan de lado al hombre que hizo que se miraran más partidos del Liverpool que de Liverpúl en nuestro país, aquel sobre el que tanto se ha dicho y escrito y justamente llevó a que, por esa intrigante costumbre de limitarnos a nosotros mismos, se dejara de lado a otro delantero de primer nivel mundial. ¿Por qué preguntábamos “trabajás o estudiás” en las épocas de juventud en algún baile? ¿Por qué ese afán limitador de las capacidades humanas? ¿Acaso una persona no podía trabajar y estudiar al mismo tiempo? Así, fuimos trasladando eso mismo al fútbol, creyendo que un futbolista solo podía jugar al fútbol y no compaginarlo con otras actividades.
Algo hay que nos lleva a comparar, a buscarle la quinta pata al gato y encontrar resquemores entre Suárez y Cavani, a preguntarnos cuál nos cae mejor o cuál es mejor definidor, a decidir a cuál de los dos queremos en un esquema 4-2-3-1 que sería el ideal, pero “no queda otra que ponerlos a los dos, porque si no, alguno se va a enojar”. Cambiemos el “o” por el “y”, y vamos a ver cómo nos va mejor. No todo es dividir para reinar.
Por favor, no nos pongamos colorados si un día tenemos ganas de disfrutar de que Suárez volvió a ser Suárez luego de superar un mal momento como puede tener cualquiera al que le duele una rodilla y juega al fútbol de manera profesional. Pero disfrutemos también de que Cavani sigue siendo uno de los mejores delanteros del mundo. Vaya uno a saber por qué existe esa reticencia a asumir que lo que tenemos es doblemente bueno. Si tenemos a dos incansables volantes de marca, alineamos a uno solo; si en nuestro plantel hay dos habilidosos entrealas, ponemos a uno solo porque dos es demasiado. Por favor, que no nos invada ese sentimiento mediocre y démonos el privilegio de seguir disfrutando de Suárez y de Cavani sin tener que decidir a cuál queremos más. Problemas tiene aquel que tiene que decidir entre echarle nafta al auto o pagar la luz.
Edinson Cavani, el rincón de las arañas, Luis Suárez, Profesor Hermes J. Sanabria