El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
¿Qué es el fútbol? Tratemos de responder esta eterna interrogante, sin caer en la obviedad de decir que es un juego que se juega con una pelota y dos arcos, once contra once. Alguna vez, Jorge Valdano dijo que era “lo más importante de lo menos importante”, máxima que tal vez sea muy amplia y no alcance a definir (contrariamente a lo bien que definía Valdano cuando jugaba). También habló Jorge Luis Borges de este deporte que tanto nos apasiona, diciendo que era popular “porque la estupidez es popular”, comparación que no nos conviene y por eso la vamos a dejar ahí.
Pero un día, vino el mexicano Juan Villoro y nos acercó a definir qué es el fútbol. En una definición al alcance de unos pocos, dijo que Dios es redondo. Para los que ponemos al fútbol a esa altura, fue un alivio que alguien se animara a darle ese carácter divino y superior, aunque no creyéramos en deidad alguna. El hecho es que este hombre equiparó al futbol con Dios y es sabido que algunos dicen que Dios es amor, al tiempo que otros dicen que el amor no tiene edad. Entonces, ¿por qué habría de tenerla el fútbol?
Usted se preguntará a estas alturas, a qué quiere apuntar este cronista con tanta palabrería. Y tan errado no está, usted quiere definición y es entendible. Decimos que el fútbol no tiene edad, como muy oportunamente señala algún entrenador cuando respalda su decisión de hacer debutar a un jugador de 16 años. De nada valen las bromas que los rivales le puedan hacer con respecto a los Reyes Magos, a la ausencia de barba en su rostro o a mandarlo a estudiar para el escrito de Historia. Si entra a la cancha con adultos, es un adulto. Lo mismo vale para, por ejemplo, el arquero de 45 años que Egipto presentó en el Mundial ante la lesión del titular. ¿Usted piensa que a este hombre curtido le hacen mella los chistes sobre que el país de las momias pone una al arco, o de que está más cerca de la prótesis de cadera que del Guante de Oro? Se dice que el hombre tiene la edad de la mujer que ama (entendemos que lo mismo debe aplicar a la mujer). Algo parecido pasa con el fútbol, en el que el arquero egipcio tiene la edad de los que le patean al arco -aunque después le duelan hasta los papiros- y los juveniles que debutan tienen la edad de los hombres con los que se debate en una cancha y con los que comparte vestuario. Uno es uno y sus circunstancias, por eso la cédula queda en el formulario que presenta el delegado. Así como dicen que los caballeros no tenemos memoria, el fútbol no tiene edad, señores.
el rincón de las arañas, Futbol edad, Profesor Hermes J. Sanabria