El rincón de las arañas

Tranquilos nosotros

9 May , 2018  

Prof. Hermes J. Sanabria

La omnipresencia de Mohamed Salah en toda conversación sobre fútbol, tiene una versión reforzada en Uruguay. Claro, al momento excepcional del egipcio en el Liverpool, se le suma el ojo extra que le ponemos encima por ser parte del primer rival de nuestra selección en Rusia. Nos preocupa Salah, no hay manera de negarlo. ¿Pasará lo mismo en Egipto?

No, no nos referimos a si en el país de las momias y los faraones están preocupados por Salah, suponemos que sí, pero porque no se lesione o pierda su nivel actual. La interrogante es, ¿ellos están tan preocupados por Suárez y Cavani como nosotros estamos por su estrella? Si fuera un tema proporcional, ¿vale más su figura que las dos nuestras sumadas? Son varias las interrogantes, y uno se atrevería a decir que por la tierra de las pirámides no están tan desvelados por el potencial deportivo de este pequeño país.

Así como siempre se dijo que nuestros equipos y nuestra selección tenían una asombrosa facilidad para “revivir muertos” –como se dice en la jerga-, también podría hablarse de que siempre estamos prontos para darle para adelante a lo de afuera y menospreciar lo nuestro. Esto es así, siempre fue así, y estamos dispuestos a discutirlo con cualquiera. Por obra y gracia del sorteo del Mundial, la población de egiptólogos de nuestro país creció exponencialmente. Aunque, cabe decir, podrían dividirse entre aquellos especialistas en vida y obra de Cleopatra y Nefertiti y los que son capaces de determinar el estado de ánimo de Mohamed Salah con solo verle los ojos.

Sin embargo, nadie se puso a pensar qué tanto sabe Egipto de nosotros. Y nos referimos a Egipto país, a Egipto cotidiano y no Egipto selección, porque es de suponer que Héctor Cúper –y más siendo argentino- conoce al dedillo todo lo referido a nuestra selección. ¿Estará el ciudadano egipcio tan pendiente como nosotros estamos de Salah? ¿Saldrán Suárez, Cavani o Godín todos los días en los suplementos deportivos egipcios?

Como decía un viejo amigo del barrio cuando se nos venía un rival considerado difícil en algún campeonato, siempre destacando que lo importante era ver lo nuestro y no tanto lo del rival: “Tranquilos nosotros, que se preocupen ellos”. ¿No sería hora de guiar nuestros actos por esta máxima, no solo en el fútbol sino en la vida diaria?

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