El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Vaya uno a saber quién dictaminó que el fútbol “es cosa de hombres”, esa afirmación que, por suerte, está de a poco quedando atrás. Cada vez más niñas empiezan a arrimarse a la práctica del deporte, más profesionales del periodismo se ganan un espacio en medio de estructuras del tipo “Club de Tobi”, e incluso aparecen algunas valientes que se animan a incursionar en la dirigencia. Y mire que uno lo dice con propiedad, porque allá lejos y hace tiempo tuvimos a la primera ayudante técnica en el Sportivo Carabelas. Y no era fácil, para nada, sobrellevar los preconceptos del mundo del fútbol.
Una vez, le preguntamos a un colega periodista, por qué pensaba que el fútbol era un reducto exclusivo para el sexo masculino. El hombre, que sabía hacer dos cosas muy bien (crear polémica y vender avisos), no supo dar una respuesta convincente. Era como si lo hubieran hecho escribir, otra cosa en la que no se sentía muy cómodo. Así, en ese clima que entiende que la mujer no pertenece al fútbol, pero no sabe explicar por qué, pasaron años y años. Pero esa regla implícita empieza a caer por su propio peso. Y todavía falta.
Ese avance de la mujer en espacios antes más masculinos que el Pino Colbert, empieza a llegar a los espacios de poder. ¡Y cuánto lo celebramos! Mire que antes, no hace mucho, se decía que una mujer no podía gobernar un país y ahí están los numerosos ejemplos que demuestran lo contrario. ¿No van a poder gobernar un equipo de fútbol? Desde este espacio, celebramos el hecho de que haya más mujeres en la dirección de clubes, como ahora pasó en Cerro con Graciela Castro, que para más datos, es Maestra. Ponga usted a una mujer a administrar una casa y a educar hijos, y ponga a un hombre a hacer lo mismo. ¿Por quién apostaría? Haga un test de honestidad entre 10 mujeres y 10 hombres y va a ver los resultados. ¿Pueden ser peores que algunos dirigentes ya conocidos por todos? Mucha gente está cansada de los “negocios” que se llevan a cabo por debajo de la mesa, por dirigentes hombres.
En otro tema que preocupa, como es controlar la violencia en el deporte, por ejemplo, no debe haber nadie que sepa calmar las aguas mejor que una madre que tiene que lidiar con las peleas entre sus hijos. Ni que hablar de que, la forma en la que una mujer maneja la economía de un hogar con bajo presupuesto, hará que parezca fácil encontrar jugadores libres que puedan rendir sin afectar la economía de un club. ¡Por más dirigentes mujeres que trabajen con honestidad y por el bien de este deporte!
Mujeres en el fútbol, Presidenta Cerro, Prof. Hermes J. Sanabria