El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
No hay nada más sensato que pueda hacer una persona, que enfilar para otro lado si no le demuestran que lo quieren. Y como Alexander Medina es un hombre de fuerte carácter y pulso firme (imagínese que hay que tenerlo para dominar con destreza el arco y la flecha, así como para tomar decisiones en un plantel), no se iba a quedar muy tranquilo al ver que todos los candidatos a la presidencia de Nacional manejaban otros nombres de entrenadores.
Con el ceño fruncido y las palabras necesarias, no más, el Cacique comunicó que no tenía más nada que hacer al frente del primer equipo albo.
Creemos que, de manera no muy delicada, la carrera presidencial para determinar al sucesor del célebre José Luis Rodríguez no fue justa para con la figura de un hombre que hasta no hace mucho, era exaltado por su campaña al frente de la Tercera División, por su decálogo clásico y hasta por sus rotaciones del plantel. Manoseado, ese es el término para definir cómo se sintió Medina. ¿Y qué hace uno cuando lo manosean delante de la gente? Se plantea tomar nuevos rumbos, como hizo Medina, acertadamente a criterio de este cronista.
Y se marchó, y a su cargo lo dejó en libertad. El Cacique se fue, tomó sus cosas y arrancó con el arco y la flecha a otra parte. Seguramente, volveremos a oír de él. Porque el fútbol da revancha, como todos sabemos.
Cacique Medina, el rincón de las arañas, Nacional, Prof. Hermes J. Sanabria