El rincón de las arañas
A lo largo de la rica historia del fútbol uruguayo, nos ha tocado jugar muchas finales y por suerte ganar la mayoría de ellas. Pero en otras oportunidades, nos hemos quedado por el camino en semifinales de Mundiales y Sudamericanos y nos ha tocado jugar por el tercer puesto. El resultado, que nunca ganamos ese partido, y se le denomina con razón “el que nadie quiere jugar”.
Con el premio consuelo del tercer lugar en juego, es suficiente para alcanzar una motivación importante. Para otros, para los uruguayos es una deshonra. Usted, amigo lector, entenderá de lo que hablamos. El ritmo de un solteros contra casados o de un interempresarial, con la motivación de bailar una pieza con su propia hermana. Es decir, los 22 actores hubieran preferido estar haciendo un rato de shopping o disfrutando del spa del hotel, pero con el aliciente de ir a disputar ese lugar en el podio.
En definitiva, nadie quiere jugar este partido, pero tampoco nadie quiere perderlo. De igual manera, este cronista quiere manifestar que estos partidos no deberían jugarse más. En su lugar podría organizarse un asado entre ambos planteles o una jornada de relajación para reponer física y espiritualmente a equipos que vienen de un duro golpe emocional y con físicos castigados. Como el país más ganador del mundo, nos cuesta ponernos en el lugar de competir por un tercer lugar. Algunos hablan de “premio consuelo”, otros de “segunda oportunidad”, pero para los verdaderos ganadores no hay consuelo que valga.
El Aguante, el rincón de las arañas, Profesor Hermes J. Sanabria, Tercer y cuarto puesto