El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
No habrán sido pocos los que se acaban de dar cuenta de que estamos en agosto. Se nos pasó el año volando, es lo que muchos deben estar pensando y con razón. Otros ya se estarán metiendo en la celebración por excelencia del 24, y ya se encuentran en modo “mes de la nostalgia” desde hoy mismo. También deben estar pasando cosas por la cabeza de Daniel Fonseca, que ha ido viendo como las hojas el almanaque pasaron volando casi al mismo ritmo que sus representados por su agencia. Pero también, agosto es el mes que vamos a terminar enfrentando a Argentina en el Estadio Centenario. Empezó la previa.
Si alguien nos observa desde afuera, tendrá la impresión de que en este país no pasa nada o al menos de que nos interesa demasiado el fútbol. Lo primero, no es cierto, porque pasan cosas. ¿En qué otro país, un presidente de un club le quiere enseñar a otro a contar? Lo segundo, es innegable. Aquel que ya tiene su entrada, tiene ese 31/8 más presente que el aniversario de casado o el próximo control pediátrico del hijo. Cuenta los días, especula posibles alineaciones, visualiza jugadas y desenlaces. Mientras tanto, vive.
¿Se lesionó Giorgian De Arrascaeta? Momento ideal para pedir con más fuerza que nunca a Gastón Pereiro. ¿Vio el debut de Arévalo Ríos en Racing? Seguramente se está rasgando las vestiduras pidiendo la presencia de un Lucas Torreira al que nunca vio jugar. Al mismo tiempo, piensa que, si Federico Valverde ya se destaca en un equipo de primera en España y Rodrigo Bentancur ya es titular en la Juventus, no hay motivos por los que no vayan a estar. “Ojalá estén”, piensa mientras trata de calmar la ansiedad durante los treinta días que faltan para el partido.
Pero pobre de aquel que crea que el uruguayo solo compra una entrada y va a mirar el partido como un espectador pasivo. No, el uruguayo vive intensamente y juega el partido desde la lista de reservados, a la que ya tomará como a la propia convocatoria. Se indignará, tratará de revender su entrada, clamará por la presencia de los “grandes ausentes”. Lo mismo hará cuando se ratifique la lista de convocados, y cuando Tabárez dé la alineación titular. Somos tan ansiosos como inconformistas, porque incluso tenemos la capacidad de renovar la indignación si el trámite del partido lo propicia con un mal resultado y/o juego.
Quedaron atrás los “memes” con la imagen de Julio Iglesias, algunos compatriotas estarán comprando el disfraz y el cotillón para el 24, otros deseando que agosto pase rápido para que llegue la primavera y otros para irse unos días en vacaciones de setiembre. El resto, tenemos la mente en el 31. Sepan disculpar la ansiedad.
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