El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Como casi en ninguna otra oportunidad en la historia de nuestro fútbol, se da que tres entrenadores sean tan protagonistas en la consideración de público y prensa. Muchas veces, en un fútbol bipartidista, ha pasado que los técnicos de los denominados grandes ocupan portadas y acaparan la atención por ser los que determinan el destino de las dos camisetas más importantes de nuestro fútbol. Podrían repasarse nombres y estaríamos de acuerdo en que no es algo nuevo.
Pero en un rincón de Montevideo, cerca del Río de la Plata, hay un club que cuenta con méritos suficientes para ubicarse en un lugar destacado entre los denominados “equipos menores”. Fue el primer campeón no llamado Peñarol o Nacional en la historia del profesionalismo, ha hecho escuela en la formación de jugadores como Heber Silva Cantera, Nicolás Olivera o Gonzalo Carneiro; por nombrar a algunos en diferentes épocas y ha sido modelo de conducción a través de varios de sus dirigentes. Por si fuera poco, ahora tiene hasta red lumínica.
¿Qué le faltaba a Defensor Sporting? No diga gente, o ganar finales con ventaja deportiva, porque todo eso es relativo. Le faltaba un conductor que se animara a gritar a los cuatro vientos como aquel joven que ya siente que no tiene más ganas de que lo botijeen, que ya es grande. Sí, Eduardo Acevedo llegó para eso. No solo para ganar títulos, para potenciar jugadores y proyectar a otros, sino para ponerse al frente de la falange violeta y golpearse el pecho clamando por la mayoría de edad de su institución.
Y algo habrá en esa autoproclamación defensorista, cuando Martín Lasarte dice que el campeonato no se perdió empatando contra “un equipo como Defensor”, en clara señal de reconocimiento a un par. Como también algo habrá, cuando los últimos partidos contra Peñarol han tenido tintes épicos, con expulsiones, guerra mediática y polémicas de todos los colores. Más allá de que hoy los medios estén hablando de que Peñarol “se metió en la pelea en la anual”, pese a que Defensor está a un punto de lograrla, o de las razones por las que Nacional está a punto de perderse la definición del campeonato; Defensor está a punto de ponerse en una posición de privilegio para la disputa del título. Después dependerá de sí mismo, ratificando o no esa ventaja deportiva que le daría ganar la anual.
En caso de que esas aspiraciones de tercer grande se queden cortas, siempre le quedará la denominación de “el más grande de los chicos” y los clásicos con Danubio. La tranquilidad para el hincha violeta, pasa por tener a Acevedo para hacer frente a los micrófonos.
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