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El pobre pasaje de Uruguay y los horarios de los partidos, que casi siempre eran de madrugada, hizo que el Mundial de Corea y Japón no sea muy recordado, pero sí hubo una actuación muy destacada: la de Turquía.
En esa selección, había un nombre que resaltaba del resto: Hakan Sukur. Lo cierto es que las vueltas de la vida pueden deparar cosas distintas. Luego de trabajar en una cafetería y de meterse en política, el exdelantero turco ahora maneja un Uber y vende libros.
“La boutique de mi esposa fue apedreada, mis hijos fueron acosados y mi padre, encarcelado”, contó en una entrevista a Welt amm Sontag, indicando además que la detención de su padre se produjo justamente cuando emigró a Estados Unidos, ya en el año 2015.
Todo ello, incluso, después de haber abierto una cafetería que tuvo que cerrar al poco tiempo tras fotografiarse con un fan que, posteriormente, sería encarcelado también en Turquía. “No me queda nada en ninguna parte del mundo. Erdogan me quitó todo. Mi derecho a la libertad, el derecho a explicarme, a expresarme, el derecho al trabajo”, cuenta.