El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Todo verano necesita una novela de esas bien controversiales, porque la gente está generalmente de descanso y más atenta a los culebrones que suelen darse en tres ámbitos: la política, la farándula y el fútbol. Dado que no somos analistas políticos y mucho menos faranduleros, nos vamos a centrar en una trama que promete. Aún este verano otoñal tiene una novela y no es turca ni venezolana ni mexicana, sino ecuatoriana y tiene como protagonista al zaguero Frickson Erazo.
Si usted pone en un bowl una dosis de rumores de período de pases, con un jugador medianamente conocido, con controversia y malos entendidos, y le pone el toque final de la presencia de Peñarol y Nacional; ya tiene (al menos para el público uruguayo) una novela interesante para el período estival. Además, tiene el plus de que la pasan en todos los canales y estaciones de radio.
Erazo, jugador de selección ecuatoriana y dilatada trayectoria en el fútbol brasileño, era ofrecido a Peñarol. A los 30 años, el protagonista se encontraba en plenitud y ofrecía garantías de fichaje rutilante de cara a la nueva temporada. Todavía, con el condimento de que lo traían los Reyes Magos a un equipo que, justamente, pedía en su cartita un jugador de esas características.
Como en toda buena novela, los protagonistas viajan. Así, el muchachito de la película se tomó un avión a Miami, centro del público latino. Nada podía fallar: Erazo llegaba, se fundía en un abrazo con su gran amigo y ex compañero en Gremio Cristian Rodríguez, y caía como anillo al dedo en la estructura de Diego López. “Los buenos jugadores siempre se adaptan rápido”, declararía el entrenador y la prensa no demoraría en usar esas palabras como insumo para los titulares.
Pero, toda buena novela tiene giros de guión. Sino, el público se aburre. Así, llegó la revisión médica de rutina, en la que al jugador se le descubre un problema en la rodilla en el que, aparentemente, se le producía un rozamiento entre el fémur y la tibia. Demasiada fricción en esa articulación para que la contratación fuera considerada, dijo el galeno aurinegro. A esa altura, la acción se tornaba trepidante, pero faltaba lo que no falla en ninguna novela: que al protagonista se lo disputen entre dos frentes, cualquiera sean. Y si en Uruguay, esos frentes son Peñarol y Nacional, la historia se escribe sola. No sabemos si fehacientemente o no, se instaló la idea de que Nacional sí estaría dispuesto a apostar por Erazo con un contrato a rendimiento. El jugador declara que le encantaría ir a Nacional, como es lógico, y la noticia corre como reguero de pólvora. Mucho más rápido de lo que puede correr Erazo con la rodilla en ese estado.
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