El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Tras la Segunda Guerra Mundial, se empezó a hablar de la existencia de una frontera política, ideológica, y en algunos casos también física; entre la Europa Occidental y la Europa Oriental. Esa barrera fue conocida con el nombre de “Cortina de hierro”; y comenzó a caer en el año 1989, dejando ver a los ciudadanos de ambos lados lo que había del otro. Lo que se dice un descubrimiento mutuo.
El fin de semana pasado, nuestro fútbol fue testigo de la definitiva disipación de otra cortina que impedía que algunos vieran lo que verdaderamente había detrás. Tal vez de forma injusta, se ha hablado durante mucho tiempo de que Eduardo Acevedo tenía el poder de generar humo con sus palabras y acciones, menospreciando su valía como entrenador. Vaya uno a saber si fue el viento cruzado proveniente del Río de la Plata, o el gran juego exhibido por el conjunto violeta, pero de golpe todo el mundo dejó de burlarse del “humo de Acevedo” y le empezó a reconocer sus méritos.
Fue entonces, cuando Acevedo empezó a ser visto con otros ojos. Alguno, tímidamente moderó su discurso a un “es un poco afín al show, pero no podemos desconocer que sabe mucho de fútbol”. Otro, habrá empezado a pensar que para que un equipo juegue así, tiene que tener al mando a un profesional que algo debe conocer del tema. Eduardo Acevedo se consagró definitivamente el sábado, y quedó a un partido de ser algo más que un generador de humo.
¿Qué tiene Acevedo de diferente al que viene trabajando hace tiempo en el fútbol? Debe trabajar de la misma forma que siempre, declara cada vez mejor y con más soltura, pero hay algo que salta a la vista y creemos que ha sido un factor determinante en la madurez del entrenador: el alto perfil adquirido por Alejandro Acevedo, hermano y Asistente Técnico. No sería un caso del conocido “Doppelganger” o gemelo malvado, pero sin dudas que le sacó presión a su hermano para que lograra guiar al equipo a la primera posición. De más está decir, que Eduardo sin presión juega mejor.
El hincha de Nacional estará pensando que tal vez no lo valoró en su justa medida en su pasaje por el club. Otro irá más lejos, y tomará conciencia de que no es casualidad el rendimiento que le viene sacando a Cardacio, a Bueno y a Cabrera; que haya potenciado a Maxi Gómez al punto de ser considerado el mejor 9 del medio, que lo compren de Europa y que lo pidan para la selección. El hincha de Defensor, dirá que está cerca de ingresar al podio de los mejores junto al Profesor De León y Juan Ahuntchaín. Es el momento de Acevedo, y él lo sabe. Pero también sabe que deberá ratificarlo con un triunfo ante Fénix. Caso contrario, asistiremos a la vuelta de la infame cortina de humo que los violetas desplazaron a base de fútbol y resultados.
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