El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Es mentira que todavía no empezó el Mundial. Pregúntele a cualquiera con un poco de pasión por el fútbol, si no está ya con la mente puesta en Rusia. O en China, con esto de la tan mentada “China Cup” que nos dará un pantallazo de lo que podemos esperar de nuestro representativo dentro de unos meses. ¿Cuándo se puede decir que empieza el Mundial? Algunos dicen que desde que se empiezan a jugar las Eliminatorias –es decir que el Mundial se juega siempre-, otros cuando sale el álbum oficial del torneo y vuelven a correr tres millones como en la famosa canción de Jaime Roos.
El viernes sale a la cancha un combinado celeste en el que el 60% de sus jugadores no tendrán la suerte de ser “la figurita difícil” del comentado álbum. Ni la fácil, directamente porque para salir en un álbum de un Mundial, van a tener que esperar su chance en Catar 2022. ¿Sabe el alcance de las pérdidas que va a tener la empresa que comercializa el álbum desde que la gente se enteró que no podrá pegar a Lucas Torreira en sus páginas? Pero no todo es negativo: por aquello de hacer las cosas con demasiada antelación, el público coleccionista podrá despedir y homenajear como corresponde a varios jugadores que al menos de esta forma, van a seguir vestidos de celeste un rato más.
Se viene el Mundial, un evento en el que algunos aspiran a ser figuras y otros se conforman con ser figuritas. Para un Egidio Árevalo Ríos, por ejemplo, el álbum de Rusia 2018 es una forma de ser mundialista por segunda vez en estos términos, igual que en la cancha. Dado que apareció a último momento en la lista de Sudáfrica 2010 y no pudo salir en el álbum, tendrá su revancha y “jugará” su segundo Mundial como figurita luego de haber sido importante figura en otros dos.
El equipo del álbum y el que se verá en la cancha en estos amistosos, difieren bastante. ¿Alguien puede dudar de las enormes contribuciones de jugadores como el mencionado Arévalo Ríos, el “Tata” González, Lodeiro, Rolan o Corujo a la selección? Nadie, como tampoco se puede dudar de los criterios que llevan a que sus lugares estén ocupados por una camada de volantes modernos a los que todo el mundo pedía. Mala suerte si ahora no le coinciden las figuras con las figuritas. De acá al Mundial, nos veremos, tal vez como nunca, con una selección “A” y una “B”. En una, la de papel, gastaremos bastante dinero en figuritas con la excusa de hacer felices a nuestros niños. Con la otra, la de verdad, renovaremos las ilusiones de siempre y esperaremos verlos en el álbum dentro de cuatro años
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