El rincón de las arañas
Mientras empezaba un nuevo campeonato uruguayo, al tiempo que un evento deportivo tradicional norteamericano acaparaba los ratings televisivos y una cuestión climática cobraba protagonismo; una nueva presentación de la Sub 20 pasaba casi desapercibida. La contundente victoria por 3-0 determinó que Uruguay va al mundial, y como por obra del viento, las buenas actuaciones trajeron volando a una multitud de nuevos adeptos a la campaña celeste que palpitan ante la posibilidad de volver a festejar a 18. Pero a su vez, ese mismo viento hizo que se distrajera un poco la audiencia, justamente enfocándose en los efectos del accionar del Dios Eolo y no tanto en el resto físico de Amaral o en la elegancia de Bentancur.
A pesar de que ahora somos todos especialistas en meteorología, y estábamos más ocupados discutiendo de qué color debería ser la alerta en vez de si el 4-4-2 era o no la opción más adecuada para enfrentar a Colombia, los jóvenes nos dieron sobrados motivos para disfrutar. Pero el pueblo uruguayo, tan reacio a los cambios, vive en estos momentos una transformación. Ya no somos 3 millones de directores técnicos, ahora somos algo así como 1 millón y medio que seguimos opinando si Schiappacasse y Ardaiz pueden jugar o no juntos, y otro tanto de directores de INUMET. Realmente, el comportamiento de nuestro pueblo no deja a asombrarnos.
No es nuevo que cuando ponemos los ojos en algo, no somos muy originales. Cuando nos da por algo, vamos todos por el mismo lado. Sean negocios, temas del momento, chistes, críticas, en eso somos muy corporativistas. Si hacemos memoria, recordaremos los video clubes, las canchas de padel, más acá los transportes de escolares, los repartos de comida para perros… todos emprendimientos que no dan para tanta gente. Si acaso se mantienen como ejemplo exitoso los complejos de fútbol 5, queriendo abrirnos los ojos acerca de cuál es el tema que nos une.
Pero volviendo a los que debería ocuparnos, si usted tuvo la suerte de que por el viento no se le cortara la luz, el cable o internet, y si no puso el Super Bowl (porque este fue otro factor que conspiró con el protagonismo de los gorriones), habrá podido ver a un equipo celeste que sigue a paso firme hacia lo más alto del continente. La Sub 20 logró la clasificación al mundial de la categoría, haciéndose Waller (nos encantaba el juego de palabras, sepan disculpar) frente a su similar de Colombia, y frente a los elementos que distrajeron al potencial público de un nueva gesta celeste.
Usted vio que cuando a los uruguayos nos da por incursionar en algo, nos metemos de lleno, aún si una sub 20 está por ganar un Sudamericano después de 36 años. Seguramente, si fuera mal, dejaríamos la meteorología y el fútbol americano de lado y la defenestraríamos sin chistar. Somos así.
el rincón de las arañas, Facundo Waller, Profesor Hermes J. Sanabria, uruguay