El rincón de las arañas

La hora de Fedorczuk

6 Nov , 2017  

Prof. Hermes J. Sanabria

No, no es “la hora, Fedorczuk”, frase que sería más normal que le gritaran al árbitro internacional. El partido entre Peñarol y Defensor, fue el momento en el que el encargado de impartir justicia se hizo del protagonismo, algo que sabemos no corresponde. ¿Quiere pruebas? Haga una recorrida rápida por medios escritos, radiales y televisivos, y saque cuentas de quién fue el máximo protagonista del encuentro.

Hoy, todo el mundo habla más del árbitro de la contienda que del partido en sí. ¡Y mire que pasaron cosas! Pero Fedorczuk logró acaparar la atención de ambos bandos, con sus habituales cobros polémicos y su particular estilo de conducción que permite la participación de todos los actores en cada jugada. Si se siguiera otorgando el premio al jugador del partido que auspiciaba una marca de motocicletas, seguro este exponente del referato habría sido el destinatario. Con sus cobros polémicos, dejando que 20 jugadores se le vayan encima en cada pitazo, permitiendo que el partido “se picara”; Fedorczuk hizo de “su” hora un programa indudablemente entretenido para el gran público.

En cada charla futbolera se repiten estas frases: “¡El penal que cobra Fedorczuk!”, “Lo de Lamas no era roja”, “A Waterman tendría que haberlo echado antes”, “Tendría que haber echado a Dawson y a Estoyanoff también”. Como se ve, la actuación del árbitro no pasó desapercibida, tal vez aplicando aquella máxima que dice “no importa si hablan bien o mal, pero que hablen”. Ahora, flaco favor le hace un colegiado al espectáculo deportivo si se convierte en protagonista excluyente.

A la prueba está, que el partido no tuvo una figura ni será recordado por alguna jugada destacada de alguna de las tantas estrellas que poblaban el césped del CDS. Pocas veces, tanto en el fútbol profesional como en el amateur, un árbitro logra unir en sus reclamos a los dos equipos. Diga que Peñarol ganó, porque de otra forma se sentiría con el mismo derecho que Defensor a fustigar el arbitraje de Fedorczuk. Un Fedorczuk al que, seguramente, estas cosas le resbalen. Como ya es sabido, el internacional se caracteriza por confundirse los nombres de los jugadores, por lo que probablemente no sepa ni de quién vienen las protestas. Al llegar a su casa, se habrá dispuesto tranquilo a disfrutar de una cena en familia, viendo las repercusiones mediáticas de “La hora de Fedorczuk”.

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