El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Podría decirse que, en términos futbolísticos, hoy arranca el año. Muchos estarán de licencia, mirando medio de reojo con un fuego prendido y alguna bebida espirituosa, otros irán al estadio y mañana todos estarán hablando de lo que pase en un nuevo clásico. Porque, como se ha dicho tantas veces, “clásicos son clásicos” y últimamente hasta se han despedido técnicos por resultados en partidos de pretemporada. Vivimos tiempos de mucha exigencia y poca relajación, en los que todo se pone bajo la lupa con mayor énfasis que nunca. Por eso, imagínese que hay un hombre que hoy se va a robar todas las miradas: Luis Bernardo Aguiar.
Esta noche de lunes de un enero que agota sus últimas jornadas, no será reducto exclusivo de los teros sobre el césped del máximo escenario deportivo. Un “Canario” les va a pelear por el protagonismo, por encima incluso de las varias incorporaciones de Peñarol. Es que a todos nos gusta el morbo, y la posibilidad de escudriñar el rendimiento del ex aurinegro con la camiseta blanca es demasiado tentadora para todo aquel que haya comprado una entrada o lo vaya mirar por televisión. De pique, Aguiar tiene asegurados los silbidos de medio estadio desde la sola mención de su nombre y una buena dosis de improperios de esos que la gente profiere automáticamente al ver a un ex jugador de su equipo con la camiseta del tradicional rival. “Es como putearlo cuando caminaba la cancha, pero ahora porque está enfrente”, dijo un hincha de Peñarol tras comprar su entrada, como aventurando que el recuerdo a la familia del hábil volante estará a la orden del día.
¿Qué pasará si sus primeras intervenciones con la pelota son imprecisas? ¿Logrará de esa forma unificar como nadie antes a ambas parcialidades? De los dos lados, se piensa en qué hará Aguiar en caso de anotar un gol. Si lo grita y es insultado por los hinchas de Peñarol, si no lo grita y es insultado por los de Nacional, si se adelanta y se toma los genitales para los cuatro costados en señal de que no le importa nada… todo puede pasar, porque es fútbol y porque es Aguiar. Cualquier otro jugador en su situación estaría nervioso por debutar justo en un clásico, pero él ha demostrado en sobradas oportunidades que es diferente.
Por el momento, la hoja está en blanco esperando por el protagonista. La gente no piensa en si viene o no Julio Baptista a Nacional, ni en los chupines de Ramos o el operativo de seguridad. Como nunca antes, y pese a que ya jugó 15 clásicos, hoy será la noche del “Canario”. Paga 1,05 en cualquier apuesta deportiva que el 14 va a ser el número más jugado de esta noche de clásico veraniego.
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