El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Se decía que lo único que había funcionado en la historia del Mercosur era la famosa delantera del Barcelona, ese tridente casi perfecto y rebosante de armonía. Y no es por hablar con el diario del lunes, pero todos sabíamos en el fondo que el Mercosur no funciona. Las pruebas están a la vista, con un Neymar rumbo a la Torre Eiffel y un montón de gente sorprendida.
Cuando se anunció la creación de este mercado común del sur, había cosas que saltaban a la vista, y se sabía que nunca iban a cambiar. Por ejemplo, Brasil es el único país del continente que habla otro idioma, es un país autosuficiente y al ser más grande que los demás no le importa demasiado lo que haga el resto. En el Mercosur siempre obraron así, ¿debería sorprender que Neymar lo haga? El joven astro brasileño no encajaba, más allá de que la generosidad de sus coestrellas hizo todo lo posible para adaptarlo. Se aburría entre tanta actividad familiar de Suárez y Messi, además de que mientras los rioplatenses propiciaban el asado él insistía con la feijoada. Somos mucho más diferentes de lo que parece, tal vez no sea culpa de nadie.
Cuando vino a jugar acá con la selección, Suarez le regaló una camiseta de Uruguay y tanto nuestro ariete como Messi trataron siempre de arroparlo, pero el brasileño siempre va a hacer la suya. ¿Cuándo vio usted a uno al que le guste el perfil bajo? Tal vez el error fue creer que las habilidades de convencimiento de Suárez iban a funcionar como con su amigo Messi. Hasta Piqué lo pensó en su famosa foto que decía “se queda”. Pero ninguno contaba con el factor Dani Alves. Entre salir a tomar mate a la plaza con las mujeres y los niños o divertirse con su gran amigo, ¿qué iba a elegir Neymar? Si ni siquiera toma mate.
Aquel famoso Mercosur del fútbol no se podrá reeditar, por más que en el PSG estén Cavani y Di Maria. No es lo mismo. Esto no hace más que demostrar que el fútbol es como la vida misma. En nuestro continente, sin voluntad de Brasil las cosas no salen. Siempre fue así, y así seguirá siendo. ¿Ahora qué hacemos? Estas decepciones que nos ocasiona Brasil, tal vez signifiquen que debamos plantearnos si conviene seguir manteniendo la estructura que demanda el funcionamiento del Mercosur.
A uno que anda en las siete décadas, los cambios siempre lo agarran peor parado que a los jóvenes. Pero, así como una vez que nos habíamos acostumbrado a usarlo nos dijeron que se terminaba el MSN y no sabíamos qué iba a pasar con nuestros contactos, la vida seguirá. Para Messi y Suárez, así como para el resto del mundo, será cuestión de asumir que todo se termina y adaptarse a los cambios. Si no es MSN, será otra cosa. Pero será.
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