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El fútbol siempre tiene sorpresas pero la que ocurrió este fin de semana en Argentina es de esas que hace reir y deja a los espectadores boquiabiertos. El único que no la disfrutó fue el arquero de Colón de Colonia Caroya, Agustín Centini, que sufrió una visita inesperada y debió correr hacia el banco de suplentes.
Su equipo y Atlético Carlos Paz jugaban un partido del ascenso argentino, de la liga Federal C, cuando el rival tuvo un tiro libre a favor. El golero se paró bajo los tres palos y voló para intentar detener el gran remate, que parecía tener destino de gol. Pero la pelota no bajó lo suficiente, pegó en el travesaño y volvió al campo, donde todos siguieron jugando. El arquero se revolcó en el suelo y se levantó, pero no contaba con una sorpresa.
La jugada siguió hasta que el árbitro, alarmado por los jugadores, paró el juego. Lo que ocurrió fue que el balón pegó en el travesaño y agitó un panal de abejas que estaba sobre uno de los postes. Los insectos, alarmados por la acción, salieron a defender su colmena y atacaron al primer humano que tenían cerca: el golero.
Centini corrió desde su arco hasta el banco de suplentes y en el camino se quitó la remera. Ya junto a los encargados de salud del club se sentó en el suelo y le aplicaron un calmante, aunque fue poco efectivo.
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