El rincón de las arañas
Almada, Bielsa, Saralegui, Holan, Diego López… la danza de nombres para ocupar el cargo de DT de Peñarol muestra un amplio rango de opciones. Y entre esos nombres, surge el de un profesional que desde este espacio hemos ponderado insistentemente por su gran valía: Leonardo Ramos. Si le preguntan a este cronista, sin ánimo ninguno de poner a nadie en un cargo, Ramos es la persona indicada. Un hombre capaz de manejar el lenguaje del jugador, de apostar al asado como elemento de unión de un plantel, pero al mismo tiempo de usar drones en los entrenamientos, está capacitado para hacerse cargo de cualquier equipo. Aunque, claro está, Peñarol no es cualquier equipo. Y justamente, Ramos es un hombre que ya ha sabido pasar por la institución como jugador, y a su vez ha sabido enfrentar a hinchas y a encargados de seguridad sin que se le cayera ningún anillo o caravana.
Desde lo estrictamente profesional, es impresionante su récord contra los grandes. Evidentemente, tiene la fórmula para ganarle a Nacional y Peñarol, y él lo sabe. Con su contratación, Peñarol ya se asegura de no perder contra él, y a su vez que le va a ir bien en los clásicos, ya que con Danubio le ha ganado 5 de 6 partidos al tricolor. Peñarol inteligencia, por partida doble.
Y fíjese, querido lector, que el hincha de Nacional también está contento con que se maneje el nombre de Ramos para Peñarol, ya que considera que esto puede significar una distracción en el momento en que pelea el campeonato cabeza a cabeza con su equipo. Así que diríamos que es casi un consenso, ya que el hincha aurinegro ve en el hombre de los lentes espejados al DT indicado para este momento, con la combinación perfecta de calle y trabajo táctico. El peñarolense no se siente identificado con un hombre que dirigió hockey, o con uno que le diga a un jugador “verticalizá la oferta de los pases”. Quiere a alguien más terrenal, y ese alguien es Leonardo Ramos.
Un Ramos que ha declarado “Mi cabeza está en la búsqueda del título con Danubio, peeeeero siempre es bueno que un equipo como Peñarol se fije en mí”, ya sabedor de que su nombre viene sonando más que el de algunos políticos en la agenda mediática. Justamente, ese DT que aconseja a sus jugadores “No escuchar, no leer, no mirar” lo que dice la prensa, está siendo catapultado por nosotros mismos. Seamos claros. Damiani ya debe haber hablado con Ramos. El entrenador ya ha dicho que “Peñarol ha contratado como nunca a lo largo de su historia”, lo que vendría a ser algo así como “tengo el mejor plantel del medio pero todavía no puedo decirlo porque estoy dirigiendo a otro equipo”.
El hincha de Danubio ve de reojo y no le gusta la posibilidad de perderlo, ya que entiende que con Ramos nunca jugaron a nada pero tienen de hijos a Peñarol, a Nacional y de yapa a Defensor. Mientras tanto, los periodistas soñamos con poder titular luego de un clásico, “Domingo de Ramos” (por aquello de que los clásicos se juegan los domingos), y el hincha de Peñarol añora, por qué no, entonar un “Y de la mano, de Leo Ramos, todos la vuelta vamos a dar…”.
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