El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
“Suárez convence, persuade, demuestra, fascina, atrae, induce”, habría comentado un renombrado colega. Y las pruebas están a la vista: hace un año, Messi tenía casi todo arreglado para volver a reunirse con Guardiola en Inglaterra. Especulaciones, preocupación, idas y vueltas, hasta que parecía que el argentino pegaba el portazo y se iba a Manchester. Ahora, Neymar coquetea con el PSG dispuesto a pasar por caja para depositar los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión. Un presidente del Barcelona enojado, otra vez un plantel preocupado, una prensa que especula, un Cavani que de reojo mira la posibilidad de que su equipo se convierta de golpe en favorito a ganar la Champions…
Ambas situaciones tienen un denominador común: la persona que llegó a poner paños fríos, a conciliar, a convertirse en el bombero heroico que apaga los incendios más grandes que pueda tener un equipo de fútbol. Como aquel delegado de clase de la escuela al que quieren todos sus compañeros, el salteño se puso la camiseta y desplegó por segunda vez todo su poder de convencimiento. Aquella vez, llevó a Messi a cenar, lo apalabró y el 10 renovó su contrato. Ahora hizo el primer intento a solas con Neymar, y casi logró enderezar la situación. Como el joven astro seguía mirando hacia las luces de París, redobló la apuesta agregando a Messi a la conversación. Hombre de pocas palabras, el rosarino le habría hecho ver que algo hay en el discurso de Suárez que convence. Ya se rumorea que en la intimidad de la familia Suárez, su esposa recurre a esta cualidad cuando los hijos se portan mal. “Hablales vos, Luis, a mí no me hacen caso”, y todo arreglado.
Si bien a la carrera deportiva de Luis le queda todavía mucha historia por contar, no son pocos los que “abrieron los ganchos” ante esta cualidad. El Barcelona podría verlo como una opción atractiva en puestos dirigenciales, logrando con su cautivante arsenal de recursos atraer a nuevos fichajes o lograr que las estrellas de turno no estén descontentas. “Háblale tú, Luis”, sería todo lo que el 9 necesitaría para arreglar cualquier descontento. En nuestro país, esto tampoco pasaría desapercibido. Es que no abundan las personas capaces de aunar magnetismo, sinceridad y credibilidad. Eso lo saben en el ambiente del fútbol y en el de la política, lo sabe el mundo entero: Suárez es un líder positivo que seduce. Si hasta los mormones lo dicen, “si pudiéramos tener a Suárez, nos abrirían muchas más puertas en nuestras recorridas”.
La directiva catalana ya se dio cuenta de que Luis cobra menos que los otros dos integrantes de la MSN, de que no hay que llevar a un técnico uruguayo para que esté contento ni contratarle a ningún compatriota para que no se vaya. Por si fuera poco, con su sencillez y hombría de bien logra que sus rutilantes compañeros y amigos se queden en el club. Ah, y hace 30 goles por temporada. Sin dudas, es el jugador más barato del mundo.
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