El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Muchos ojos y oídos estarán el sábado a las 15:30 horas en el Parque Capurro. Nunca, jamás en la historia del fútbol uruguayo, un Fénix-Defensor concitó tanta atención. Se habla de incentivos de parte de Nacional al plantel de Fénix para que le gane a Defensor, se insinúa que Estoyanoff se autoexcluyó del partido para restarle posibilidades al equipo que le paga el sueldo, corre el rumor de que Pallas se va a hacer un gol en contra para que salga campeón Nacional… También se sabe que Fénix está comprometido en la fatídica, y como bien sabemos todos, “El Fénix no baja”. Se habla, se dice, se comenta, que fulano va a ir para atrás o para adelante, se dice tanta cosa que ya casi nadie habla del partido en sí. Mucho menos de lo que pueda pasar con Nacional y Sud América.
Además del fenómeno de la incentivación, hay otro hecho no menor que no debe haber pasado desapercibido para algún agudo observador de la realidad: la posible desaparición de la cancha de Fénix del lugar donde está ubicada ahora, para utilizar ese espacio con fines recreativos para la ciudadanía. Son ideas que surgen cada tanto de alguna cabeza pensante que no tiene en cuenta que hay algo con lo que no hay que meterse, y son las tradiciones.
Pero hay una posibilidad que puede jugar a favor de los intereses patrimoniales del albivioleta, y es un triunfo defensorista. Así de descabellado como puede parecer a primera vista, no olvide que el Intendente Daniel Martínez es ferviente hincha de Defensor. ¿Qué tiene esto que ver? Suponemos que el jerarca tendrá interés en conservar intacto un escenario en el que su equipo dio una vuelta olímpica. Si usted es hincha de Fénix, ponga en la balanza el hecho de bancarse que le den la vuelta en su propio escenario, y aún un posible descenso. La herida se olvida, y el descenso se puede revertir rápido. Pero el Parque Capurro seguirá siendo el lugar de reunión de la familia de Fénix.
Paralelamente, habrá un plantel confundido entre lo deportivo, lo edilicio, lo económico… una verdadera encrucijada de intereses. Porque el jugador de fútbol si algo detesta es que le den una vuelta en la cara, pero tampoco tolerarían cargar con la cruz de ir por la calle y que alguien lo señale y le diga a su hijo: “Mirá, ese es el Lolo, el que le metió el gol a Defensor e hizo que ahora juguemos de locales en Flores”. Los hinchas de Fénix van a querer al Intendente feliz a la hora de tomar la decisión acerca del Parque Capurro, y de paso a la Ministra de Turismo (otra gran hincha violeta). Hay mucho más que un partido, mucho más que un título en juego. ¿Se podrá tener a todos contentos?
Defensor Sporting, el rincón de las arañas, Parque Capurro, Profesor Hermes J. Sanabria