El rincón de las arañas

¿Nadie lo quiere ganar?

3 Oct , 2016  

Seguramente, usted conoce a algún hincha de cuadro grande. Incluso, cabe la enorme posibilidad de que usted sea uno de ellos. ¿A qué apuntamos con esto? A algo que dijo el entrenador de Nacional, el señor Lasarte. No está fácil la cosa para los equipos grandes, y no sólo aquí, sino que a nivel global. Sin exagerar, el estratega albo dijo algo que es una verdad grande como una casa. Este fin de semana, perdieron el Barcelona, el Manchester City, el Borussia Dortmund; y empataron el Bayern Munich, el Real Madrid y el Manchester United. No debería sorprender, entonces, que siguiendo esta tendencia, Peñarol no haya pasado de un magro empate a cero ante Plaza, y que Nacional haya tenido que batallar 89 minutos para quebrar la resistencia de Villa Española.

Eso podrían decir los hinchas de los grandes, pero ¿qué dejan para los chicos? Parece que para ellos tampoco está fácil la cosa, y todos los que estaban arriba perdieron, o “jugaron para Nacional”. Danubio, Liverpool y Juventud dejaron pasar la oportunidad de seguir liderando, pero el tricolor casi les devuelve la gentileza, y a punto estuvo de ayudar al Villa a sumar su primer punto. Diga que apareció Silveira, un delantero cuyo promedio goleador no debe engañarnos. Un ser humano que proviene del campo de juego del Tróccoli que usted vio por TV, en algún momento se iba a adaptar a jugar con todas las comodidades. Por eso, cabe aplaudirlo a él, y a los que siguen jugando en Cerro y son capaces de hacer dos pases seguidos en tal superficie.

El chiste fácil de la etapa fue el del perro que ingresó al campo de juego de Colonia, momento en el que todo el mundo aprovechó para hacer leña del árbol caído. Es fácil hacer la humorada sobre que Peñarol jugó con 12 y ni así pudo hacer un gol, como hicieron muchos sin saber lo difícil que es estar ahí. Sino, fíjese usted en Affonso o en Leyes, comparados hasta hace poco con el citado cánido cuando vestían de amarillo y negro, y ahora autores de goles de diversa factura y con alta frecuencia. ¿Qué falta, que el paraguayo Ávalos salga goleador del próximo campeonato jugando con otra camiseta?

Y hablando de comparar a los jugadores con animales, por segunda fecha consecutiva, el hit de la falange carbonera fue aquel que, haciendo un paralelismo avícola podría utilizarse para instar a las aves a producir más. Y ya se sabe que estos animales se estresan, y les cuesta poner más huevos ante situaciones de presión, como a la que están sometidos los deportistas en la actualidad. Sino fíjese en que el único invicto del torneo es el ascendido Boston River, equipo sin presión de campeonar que se encuentra sumando y logrando el objetivo de no descender. Para los que pelean o deberían pelear arriba, parece una carrera para ver quién no quiere ganar el Uruguayo Especial. Pero, aunque lo intenten con todas sus fuerzas, alguno lo va a terminar ganando.

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