El rincón de las arañas

Ni las polillas

10 Oct , 2016  

Una de las cosas que más nos gustan a los uruguayos, son los feriados. Y para reforzar esta hermosa tradición, cada vez son más los compatriotas que gozan de la totalidad de los mismos como no laborables. Y en este día, en el que un oriental más pasa a engrosar la lista de personas que pueden tener este día libre, todos estamos hablando de su salida. Hoy, mientras se comen asados y se debate sobre fútbol, Jorge Orosmán Da Silva es el protagonista de la jornada.

 Siendo sinceros, al hablar hoy del devenir del Uruguayo Especial, no importa tanto si Danubio es líder, si Nacional se enderezó, si Boston River va invicto, si Villa Española sumó su primer punto; incluso si la mamá de Frascarelli le sigue increpando a su hijo sus dificultades para tirarse hacia su izquierda. Hoy, en Uruguay no se discute sobre el partido de la selección en Colombia, ni sobre el punto de cocción del asado. Están a la orden del día los chistes sobre el ex entrenador de Peñarol, sin tener en cuenta que atrás del profesional hay una persona que sufre. Tal vez no le haya encontrado la vuelta al equipo, de repente los resultados no acompañaron, pero hoy nada de eso importa.

 Mientras el hincha aurinegro se lamenta, sueña con la vuelta del Cebolla Rodríguez, reclama que vayan a visitar a una bruja, le pide perdón a Forlán, mira de reojo la situación contractual de Almada y relojea lo bien que juegan los equipos de Leo Ramos, nadie tiene la respuesta a ciertas interrogantes: ¿Por qué el club incorporó 38 goles y no se traducen a amarillo y negro? ¿Cómo cayó Ávalos en Peñarol? ¿Para qué Tabárez citó a Guruceaga justo ahora? ¿Cómo se soluciona esto?

 Teniendo en cuenta el momento actual del equipo aurinegro, nada nos sorprendería. Ni siquiera un interinato de Juan Pedro Damiani, en caso de de Curutchet no logre enderezar la nave en un par de partidos. El presidente ya ha dado señales reiteradas de querer un mayor involucramiento en las decisiones técnicas, y tal vez piense que le llegó el momento de ponerlo en práctica y calzarse el buzo de DT. Mientras el hincha reclama falta de identidad por haber nutrido el plantel de jugadores “de cuadro chico”, y del organigrama completo de Defensor Sporting, nadie repara en que por fin un delantero de Peñarol se despachó con un doblete. Lo dicho, hoy solo vale hablar del “Polilla”. El mismo que fecha tras fecha parecía tambalearse pero se sentía “con fuerzas para revertirlo”, se fue por sus propios medios y frustró varios chistes sobre el famoso teléfono de Damiani.

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