El rincón de las arañas

No le soltemos la mano

15 Sep , 2017  

Prof. Hermes J. Sanabria

En 48 horas se juega un nuevo clásico, tal vez usted se haya enterado de rebote o sin querer. Sin embargo, los uruguayos parecen estar más preocupados por saber cómo va a estar el clima en los próximos días que del clima que puede haber en el enfrentamiento que alguna vez supo acaparar la atención desde una semana antes y hasta una semana después.

Por estos días, se habla de la manicura y las cremas de Leonardo Ramos más que de su planificación táctica, más del operativo de seguridad que de lo que pueda pasar en el campo de juego, más de los antecedentes penales de los hinchas que de los antecedentes de los equipos y los eventuales ejecutantes de penales. Incluso, el público del fútbol parece estar más pendiente de la lista de reservados de la selección para la doble fecha del mes que viene. El clásico del fútbol uruguayo parece haber perdido pie en las preferencias, tal vez por no ofrecer los mismos ingredientes que solían atrapar y paralizar a un país cada vez que las camisetas de Nacional y Peñarol, Peñarol y Nacional, hacían su aparición en el Estadio Centenario.

¿Y sabe una cosa? La verdad que eso nos hace perder un poco el interés en un clásico al que la gente parece no estar dándole demasiada importancia. Porque uno, al igual que algunos tradicionalistas, le sigue dedicando mucha energía al análisis del fútbol y lo vive con mucha intensidad. Por eso, no es justo poner energía en desarrollar sesudos estudios sobre la previa y el desarrollo del juego, cuando un enorme porcentaje de los uruguayos está pensando en no olvidarse de nada en el bolso para las vacaciones de primavera.

Si realmente queremos al partido más tradicional y candente de nuestro fútbol, hagamos algo por cuidarlo. Dejemos de dar tanto espacio en los medios a los jefes de seguridad y a los jueces (los de los juzgados), para volver a hablar de la seguridad de las defensas y los arqueros, lo mismo que de los jueces (los que imparten justicia, pero dentro del campo). Que cuando hablemos de pena máxima, sea porque hubo un penal que definió el partido, no porque algún inadaptado cometió algún ilícito y ocupa las primeras planas con la discusión sobre la pena que hay que darle.

Tal vez haya 50 mil personas en las gradas el domingo. Tal vez no haya incidentes de los que hablar, lo que será sin dudas destacable. Tal vez, hasta salga un buen partido. ¿Pero sabe qué? Nada nos hará cambiar de opinión acerca de que parecemos estar en otra cosa, por favor no le soltemos la mano a un partido con tanta historia.

Dejanos tu comentario

, , , ,