El rincón de las arañas

Peleando por el descenso

30 Jan , 2017  

No, no se trata de una nueva versión del programa de Marcelo Tinelli. Tampoco es para echar campanas al vuelo y dramatizar como si estas cosas no hubieran pasado nunca. ¿Quién no se tomó a golpes de puño alguna vez en su juventud? ¿Quién no se tomó a golpes de puño alguna vez CON Juventud? Cualquiera sabe que cuando se practica un deporte de contacto, estas cosas pueden pasar. En todo caso, Peñarol comienza una nueva etapa, sabiendo los desafíos que le esperan en lo inmediato. La impopular “fatídica” o tabla del descenso, ve a uno de los grandes de nuestro fútbol como visitante inusual, y el entrenador carbonero trata de hacer notar su mano en el plantel. Y el plantel trata de hacer notar sus manos en sus primeros contactos con otros planteles.

Ramos es un estudioso, y vio que el hincha de Peñarol reclamaba actitud en sus jugadores. Por eso, usa la pretemporada para trabajar a conciencia en la endurance de sus dirigidos. ¿El saldo? Cinco amistosos, cero victorias, tres disturbios (Juventud, Plaza y Atlético Paranaense). Un promedio de 0.6 trifulcas por partido. ¿Casualidad? Para nada, Leo Ramos trabaja la casualidad todos los días como Diego Aguirre hacía con la suerte. En el fútbol, está casi todo inventado.

Por ejemplo, el jugador de Palmeiras Felipe Melo calienta el ambiente diciendo que si tiene que boxear a un jugador aurinegro lo hará sin problemas y nadie dice nada. Sin embargo, muchachos jóvenes tienen alguna escaramuza en el fragor de la lucha deportiva y se eleva la cuestión a tema de estado. Tal vez el árbol no nos está dejando ver el bosque, y no sabemos apreciar que el entrenador está preparando al equipo para enfrentar al citado Melo con las debidas garantías.

Ramos viene trabajando claramente en la parte anímica del jugador, un aspecto que venía preocupando a la falange carbonera, que no veía en sus representantes a un fiel reflejo de lo que espera dentro del campo de juego. Por eso, la labor del ex DT danubiano, podría juzgarse en dos partes. Sabemos que pretende agresividad defensiva e intensidad en ataque, así que claramente cumplió la primera parte del libreto, pero demostró que lo otro está por venir. El hacha y la tiza ya están en el equipaje, ahora falta la parte creativo/asociativa/goleadora.

En la incursión del equipo por Brasil, el partido terminó sin goles, pero con tres expulsados y algún que otro empujón. Y como todo es lógico en la vida, en un partido donde se usaron más las manos que los pies, la figura resultó ser Guruceaga. Pero separemos la paja del trigo, que tampoco vengan nuestros colegas brasileños a comentar azorados que Peñarol solo fue a dar patadas. Esto es simplemente una pretemporada, y debe ser juzgada como tal. Un DT motivador como Ramos, busca que Peñarol recupere su identidad, exigiendo a sus futbolistas un incremento en su nivel de agresividad. Tal vez alguno de ellos hizo los deberes demasiado al pie de la letra.

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