internacionales
La nueva normalidad es así. Canchas con jugadores, pero sin público. Gritos, pero sin tanto aliento. Palabras que a veces se entienden mal. Es que eso fue lo que le sucedió al pobre Leandro Cabrera en el duelo entre Espanyol y Levante.
Infracción cerca del área del equipo “granota” y amarilla cerca de la otra área, esa que defiende el “Lele”. Al principio no se entiende mucho la amarilla y por ende tampoco la protesta, pero cuando se analiza el contexto la situación es casi insólita.