El rincón de las arañas
Lejos de la ostentación de otros cracks mundiales, y como hizo alguna vez corriendo por los canteros de Avenida Italia, Cavani sorprendió por viajar en ómnibus desde Salto a Montevideo como cualquier hijo de vecino. Ya de pique dejó sin argumentos a los que dicen “¿Cavani va al sacrificio porque baja a marcar?, sacrificio es lo que hago yo, que me levanto a las 6 y ando en bondi”.
Porque sacrificio es tomar esa determinación, pudiendo ir en avión privado si quisiera. O usted va a decir que elegiría ir en ese medio de transporte teniendo otras opciones, ¡no seamos hipócritas! Sacrificio es bancarse las miradas, las selfies, los autógrafos, o al atrevido de turno que se le arrima a preguntarle “Che Edin, ¿cuánto estás ganando ahí en Francia?”, o tener que escuchar a gente que diga que el jugador busca prensa trasladándose en ómnibus.
Cavani es uno de los mejores del mundo. Podría haber elegido comprar un remise y comprar al chofer para llevárselo de recuerdo, pero eligió viajar con la gente. Prefirió ir mirando el paisaje, haciendo introspección y preparándose mentalmente para todo lo que se viene. Seguramente, con la sencillez que lo caracteriza, hasta se tomó unos mates con la señora que iba sentada al lado, se sacó fotos con las adolescentes que pasaban una y otra vez por el pasillo, y hasta fue invitado a jugar a las cartas por el grupito de estudiantes que volvían de pasar sus vacaciones en los pagos natales. Y para los que dicen que no anda fino de puntería, en este caso acertó a la unidad que correspondía tomar para llegar a destino, y no terminó en otro lado.
Se nos ocurre, por ejemplo, que un Pelado Cáceres podría tomar el ejemplo de Cavani y descubrir las enormes posibilidades que brinda el viajar en el transporte de línea, y hoy habría alguna Ferrari más en el mundo. Aunque el uruguayo es muy afecto a hablar, y dirá que se tomó un ómnibus por tacañería, o porque está por comprar la empresa Nuñez y quiere ver por sí mismo como funciona el servicio, o que está filmando una película sobre su vida y se quiere hacer el humilde, y el bus estaba lleno de cámaras ocultas. Somos así.
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