El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
La historia siempre guarda un lugar de privilegio para aquellos pioneros en cualquier actividad, y aún en caso de que el Intermedio no se juegue nunca más, Nacional será siempre recordado como aquel equipo que se llevó la primera edición. El paso de las horas ayuda a dejar atrás el hecho de que haya sido el campeonato con el menor promedio de entradas vendidas, de que los hinchas del campeón no hayan comulgado con el estilo de juego de su equipo, o que el entrenador Lasarte haya cambiado el esquema táctico justamente para lograr que lo quisieran un poco más. Tal vez lo logró, no así su asistente, quien acaba de ser separado del plantel por discrepancias con los jugadores.
Habría que analizar por qué el Intermedio no cuajó. Una causa puede ser el estado de los campos de juego, que puso de manifiesto por qué antes no se jugaba en estas fechas. El pasto, igual que las personas, necesita sus tiempos de descanso y recuperación. Por eso también sería conveniente prever el bajón en el pico de rendimiento de los jugadores, para que se pueda brindar un mejor espectáculo. En lo estrictamente deportivo, el nivel del recientemente concluido campeonato hizo honor a su nombre y anduvo en 5 puntos. Tanto así, que alguien podría inferir incluso sin haber visto un solo partido, que Nahitan Nández y Rodrigo Aguirre estuvieron muy por encima del resto de los jugadores participantes del mismo.
El poco interés del público es otro rótulo que se le ha adjudicado a un torneo que no logró cautivar al exigente paladar uruguayo, pese al denodado esfuerzo de aquellos que podrían denominarse intermediarios (léase prensa). Despidámoslo con respeto, sabiendo que no fue su culpa sino la de aquellos que optaron por ponerlo entre medio de los clásicos Apertura y Clausura. Queda por verse si este torneo se sigue jugando, o volvemos por elección propia a aquellos larguísimos recesos en los que el uruguayo se dedicaba a otros menesteres (incluso el jugador de fútbol). Quizás, lo que le falta a este torneo sea un cambio de nombre. En ese caso, la AUF está a apenas un creativo de lograr dar un gran paso.
Como en casi todo, podría decirse que las cosas siempre funcionan mejor sin intermediarios. El que no lo crea así, que lea las noticias que hablan de que Junior Arias puede pasar a Nacional. No son pocos los hinchas de Peñarol que con razón argumentan que no se puede dejar más el armado de los planteles en manos de los contratistas, acaso intermediarios de lujo entre los futbolistas y los clubes. Algo parecido les pasó hace poco a los hinchas de Nacional con Brian Lozano, a quien un intermediario puso contra su voluntad en el conjunto albo.
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