El rincón de las arañas

Ubicarse es salud

11 Sep , 2017  

Prof. Hermes J. Sanabria

A trece años del Mundial 2030, finalmente algunos se terminaron de dar cuenta de que estamos lejos. Hace ya un año, escribíamos una columna poco simpática que iba en contra de todo ese fervor popular alimentado a base de ilusiones y romanticismo. Pero no se hace un Mundial con ilusiones, como se habrán dado cuenta al ver lo que pasó el fin de semana. Al hecho innegable de que falta infraestructura para albergar incluso una sede, súmele que todavía no sabemos muy bien cómo hacer para manejar el tema climático sumado al de los pisos de los estadios.

Dos puntos: el primero, ya lo dijo Eduardo Acevedo. No cualquiera va a jugar a una cancha como la que tuvo que visitar Defensor, olvídese de que Alemania o España, por poner ejemplos europeos, vean con buenos ojos jugar en terrenos de esas características. Por otra parte, es una posibilidad que durante el desarrollo del ansiado Mundial, pueda llover. ¿Si nos pasa lo que pasó ayer en el Saroldi? Debería ser al menos un llamado de atención, teniendo en cuenta que los años pasan rápido y nos caracterizamos por ser muy diligentes a la hora de encontrar soluciones a los problemas. Por ejemplo, uno a los 73 años no va a pretender volver a jugar en primera (además de que nunca llegó a hacerlo), entonces hay que ubicarse.

En nuestro país y en este mismo siglo, dio una vuelta olímpica una vaca. También se secó una cancha con colchones, por poner ejemplos que ilustren dónde estamos parados. A todo esto, hay que agregar el intento de Paraguay por subirse al carro y ya sería demasiado. ¿Un Mundial organizado por tres países? ¿Usted tiene una idea cabal de la imagen de subdesarrollo que emana de esa eventual tricandidatura? Mejor ser dignos en nuestras carencias, que ponernos a hacer cosas que no están a nuestro alcance. Esto debería ser una máxima en la vida. Si usted sabe para qué está, no se ponga a hacer firuletes y evitará una sobre exposición de la que no se vuelve.

Este cronista vuelve a manifestarse abiertamente en contra de llevar adelante proyectos delirantes. Tenemos que ubicarnos de alguna manera y entender que el líder de nuestro campeonato local no está concentrando por haberes impagos, que el otro grande vio hace poco una situación similar en relación a las obras de su estadio, sumado a todas las restantes cuestiones folklóricas que todo el mundo ya conoce. Ojo, no quiere decir que uno se sienta menos que otros países o se avergüence de lo particular de nuestro fútbol. Pero saquémonos la venda de los ojos y no perdamos energía en cosas irrealizables. Como dijo un hombre mientras se retiraba caliente y mojado del Parque Saroldi: “¿Y así queremos organizar un Mundial?”

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