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Extraño, pero quedó claro que posible. Puede un tenista olvidarse de sus raquetas en pleno partido en Wimbledon. Le pasó a Ugo Humbert que se aprontaba para iniciar el juego, pero se dio cuenta que algo le faltaba.
Entre la vergüenza y la ingenuidad de lo ocurrido pidió disculpas que fueron aceptadas rápidamente por su rival y por el árbitro central del encuentro.
Tan rápido como le llegaron las raquetas que le arrimó su entrenador desde un sector de la tribuna.