El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Si hay algo que nos quedó grabado de nuestra época de jugador, es aquella máxima que dice que no hay que ponerse a inventar demasiado. Si algo funciona más o menos bien, hay que hacer la segura y no entrar en terrenos excesivamente creativos. Por las dudas, nunca se sabe si puede fallar.
¿En qué estaba pensando la Conmebol cuando firmó el acuerdo con Facebook para televisar de forma exclusiva los partidos de Libertadores de los jueves? ¿Acaso alguien en el máximo organismo del fútbol continental no estaba al tanto de que iba a ser motivo de una trancadera mayor que la de una ruta durante el cambio de quincena?
Algo tiene que haber para que se decida pasar de una transmisión medianamente ordenada por televisión en alta definición, a una que se hace vía una red social con una lluvia de notificaciones adornando una calidad que hizo las delicias de los nostálgicos del Atari. Suponemos que se trata del poderoso caballero que termina metiéndose en todo, aunque no tenemos pruebas para afirmarlo. La conclusión es que, en cuanto los hinchas de todos los equipos de América que juegan los jueves se unan, la cosa se le va a poner fea a la red social de la f.
Si a Facebook se le estaba yendo la gente, no encontró una buena manera de revertirlo. En términos futbolísticos, sería un DT que quiere cambiar algo que más o menos funciona, queriendo hacerse el innovador y solo logrando reprobación de sus hinchas. Así se encuentra hoy la popularidad de la plataforma inventada por el señor Zuckerberg, luego de haberle quitado a mucha gente la posibilidad de reunirse en una mesa de bar o alrededor de un fuego para ver un partido. Hoy, el público del fútbol ve a Facebook como se ve a aquel entrenador que “borra” a un ídolo de su equipo. Porque la gente sabe que, aunque le pongan algún relator que no pegue un nombre o comentaristas que apenas se dediquen a contarle lo que ya está viendo; la televisión y el fútbol son una combinación que funciona. ¿Para qué innovar?
Facebook Copa Libertadores, Prof. Hermes J. Sanabria