El rincón de las arañas

Gusto a poco

20 Jan , 2017  

A la hora de pararse frente al análisis de un partido entre elementos menores de 20 años, hay que hacerlo de la misma forma que lo hizo ayer el capitán de Uruguay. Y no crea que la mano viene de lapidar al joven De la Cruz, sino de dar en el clavo en cuanto a que cada cabeza es diferente y sabrá él por qué lo pateó como lo pateó. Hay que entender que los tiempos cambian, y que hoy es más importante ver quien tiene más seguidores en Instagram que quien le pega con las dos piernas. Y no está mal, simplemente es un cambio de paradigma. ¿O usted no fue joven?

Son tiempos en los que la gente navega por aguas diferentes a las que uno acostumbraba a transitar. Hoy, por ejemplo, no es el fin del mundo si un juvenil elemento malogra un tiro penal por querer emular al Loco Abreu. Tal vez en otros tiempos, habría sido increpado por los compañeros, fustigado por la prensa, vilipendiado por la gente y reprendido por el cuerpo técnico. Pero la cosa hoy va por otro lado, se le quita dramatismo a las cosas, porque después de todo siempre se dijo que en este país vivimos al fútbol como una cuestión de vida o muerte, y acá no se murió nadie.

Entonces, como todo pasa por aggiornarse o quedar atrás, uno realiza el saludable ejercicio de restar relevancia al hecho de que empatamos con Venezuela. ¿Sabe por qué? Porque la vida nos enseña que todos nos equivocamos, ¿no se va a equivocar un chiquilín? Además, si los compañeros ni el técnico le dijeron nada a De la Cruz, si las admiradoras en las redes sociales arroparon a los jugadores pese a la magra performance, claramente los que tenemos que adaptarnos somos nosotros. Por todo esto, y más porque hay que comer y pagar las cuentas que por convicción, damos vuelta la página y esperamos el siguiente partido. Porque también como pasa en estos tiempos, el crédito se le da a cualquiera con menos requisitos que antes. A sola firma.

Pero no queremos terminar este análisis dejando una falsa idea de que este partido se empató solamente porque un jugador erró un penal. Claramente juegan once, y jugaron poquito. Lo dicho en el título, queda gusto a poco porque los más veteranos nos acostumbramos a otro tipo de presentaciones ante los rivales más débiles. Pero, dado que en los tiempos que corren, siempre “menos es más” y todo el mundo está a dieta, tocará aceptar lo que hay y apoyar más que nunca a esta selección.

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