El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Como buen lunes, seguramente en cualquier lugar de trabajo que se precie de tal, se habló o se está hablando de fútbol. Pero esta vez se habla del gran clásico español, sin dudas un hermoso espectáculo pero de una naturaleza tan distinta a la de nuestro fútbol, que no podemos siquiera detenernos a analizar.
Cómo será la cosa de diferente, que el sábado se jugó un partido sin alcanzapelotas. No hubo acuerdo entre Tenfield, Carlos Manta y MGR, y el partido se jugó como cuando éramos niños: “El que la tira la va a buscar”. Hasta Leo Ramos, optimista por naturaleza, se manifestó en contra de las condiciones en las que se tuvo que jugar el partido; pero volvió a mostrar su optimismo habitual al hablar de la gran exposición futbolística de su equipo. Además de un punto, que se verá luego si sirvió o no, el partido de Plaza y Peñarol mostró que además de no ser una jornada favorable para el buen fútbol, tampoco era un buen día para llamarse Gastón: a Guruceaga se le fue una pelota fácil por entre las piernas; y a Rodríguez, según el árbitro, se le fue la moto.
Tal vez pecando de reiterativos, volvemos a decir que no podemos compararnos con el fútbol español. Como se dice habitualmente, “es otro deporte”. Y en este caso, tuvo incidencia de varias formas en la fecha del domingo, jornada donde además jugaba el líder del Apertura casi a la misma hora. ¿Así cuidamos el producto fútbol uruguayo? Conclusión, 1477 entradas vendidas en el Trócoli para ver al que se supone es el mejor equipo del campeonato. Por televisión, la cosa no mejoró mucho: la mayoría de la gente estaba viendo a Messi, Cristiano, Suárez y compañía. Para peor, cuando terminó el épico clásico español, muchos cambiaron de canal y saturaron la central telefónica de Directv consultando si era normal que la señal de VTV se viera así. Y como corolario, varios quedaron tan influenciados por lo visto antes, que no soportaron el cambio y se pusieron a cortar el pasto. No es de esta forma que tiramos agua para nuestro molino, porque mucho menos iba a pasar que la gente viera Defensor-Boston River, otra promesa de gran partido que quedará en el olvido por privilegiar lo que viene de afuera.
Sin embargo, nada nos hará cambiar de opinión, en cuanto a que el fútbol uruguayo es único en el mundo. Aunque la gente opte por mirar el clásico español. Las comparaciones son odiosas, por eso no nos quedamos solo con lo hecho por el Barcelona, sino que destacamos al Cebolla por haber vuelto en plenitud, a Hugo Silveira por ser el hombre de la semana, y a Acevedo por haberse sobrepuesto a la lesión de su número 9. Alguien tiene que hablar de fútbol uruguayo.
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