El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Nunca antes se había dado en este país un revuelo tal por la no continuidad de un entrenador de juveniles, algo que no hace más que demostrar que el paso de Fabián Coito por el Complejo Celeste no fue uno más. Sabrá usted que vivimos en un país en el que no hay medias tintas. Si Coito hubiera continuado, habríamos pasado de rasgarnos las vestiduras por el hecho de que ya lo veíamos al frente de la mayor, a decir que no es saludable que un entrenador se perpetúe en el cargo.
También estará usted al tanto de que hay algún sector de la prensa que no pasa por el mejor momento de su relación con el Maestro Tabárez, siendo generosos. Ese sector de la prensa es el que le va a querer instalar a usted la idea de que las cosas no estarían del todo bien entre el mandamás del “Proceso” y el sucesor que ellos mismos intentaron meter en la cabeza de la opinión pública luego de una gran carrera al frente de las selecciones juveniles y una victoria por 3-1 ante la sub 23 de México (“jugando un fútbol total con los mismos jugadores a los que ese señor malo hace jugar a defenderse mientras desperdicia a los dos mejores delanteros del mundo”).
Coito ha hecho en estos 12 años todo lo que podía hacer un entrenador, menos salir campeón del mundo. Le faltó poco. Y no hay misterios, como cualquier profesional busca nuevos horizontes cuando ve que ya está preparado. El hombre consideró que ya estaba para dirigir a una selección mayor y acá no se le iba a dar por ahora, lo buscaron algunas federaciones y se decidió por Honduras. Claro, esto tiene mucho menos “punch” que la historia del “desgaste entre Tabárez y quien alguna vez fuera señalado como su sucesor” (señalado por ellos mismos, como mencionamos algunos renglones atrás).
Como dice un colega que decidió retirarse en plena vigencia, “no se coma la pastilla”. Seguramente, Coito va a hacer un buen trabajo al frente de la selección de Honduras, y algún día llegará a dirigir a la Celeste. Mientras tanto, algunos empezarán a buscar otros puntos sobre los que seguir ejerciendo presión. Algo nos dice que, aún con todo lo bueno que es Coito, lo que buscan está por otro lado. Será la intuición que dan los años, o simplemente que son tan sutiles como puede ser un elefante adentro de un bazar.
Fabián Coito, Honduras, Maestro Tabárez, Prof. Hermes J. Sanabria, Selección uruguaya