El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
El fin de semana largo trajo dos cosas: un final de campeonato emocionante, y un nuevo 1º de mayo. Y pobre de aquel que no haya entendido aún, que el fútbol es un trabajo. Ojalá algún día pueda encontrar en su interior el arrepentimiento por haber menospreciado a los trabajadores del fútbol, esas personas que encontraron el sustento en la actividad que todos hubiéramos querido desempeñar de forma profesional. Debe haber algo de envidia en esa apreciación, sin temor a errarle.
Y como bien proclama la máxima citada en el título de esta nota, los que luchan por el campeonato están arriba. Aunque esto pueda parecer una obviedad, no lo es tanto. Los que están abajo luchan por el descenso, lucha mucho más ingrata y estresante sin dudas, pero se encuentran en el otro extremo de la tabla. El hecho es que gracias a la lucha, al esfuerzo, y al trabajo acumulado, Nacional y Defensor se han ganado el derecho a definir el Torneo Apertura. Pero antes, en la víspera del Día de los Trabajadores, ambos aspirantes al título tuvieron que luchar bastante para seguir con opciones. Atrás quedo Peñarol, ostentando el que tal vez sea el invicto más intrascendente de la historia. Pero no será por falta de lucha, ya que un equipo de Leonardo Ramos siempre tendrá en el esfuerzo su bandera innegociable.
Pero centrémonos hoy en aquellos que siguen en carrera, como sucede con todo en la vida. Y qué lógica es la vida, cuando nos da este tipo de demostraciones de que horas antes de una jornada tan trascendente, hayan sido protagonistas aquellos hombres emparentados con el esfuerzo y el sacrificio, algunos de ellos incluso no habituados al reconocimiento. Porque justo es decir que Nacional mantuvo la ventaja de dos puntos sobre Defensor, gracias al cabezazo salvador de Arismendi. Ese mismo Arismendi que con ese testarazo cambió los “Mamita querida, ¡este no puede jugar más!”, a “Mama querido, ¡siempre te quiero en mi cuadro!”. En una jornada marcada por los manotazos, el esforzado volante tricolor voló como una mariposa y picó como un aedes aegypti para dejar a su equipo a un paso del título.
El esfuerzo también va de la mano con el talento. Que le pregunten sino a Maxi Gómez, el destacado ariete violeta. Padeciendo una lesión muscular, Gómez hizo todo lo posible para estar en cancha, y darle el triunfo a Defensor con la ejecución de un penal en los últimos minutos. Otra vez, arriba los que luchan. El sábado se viene casi una final anticipada, un choque de estilos entre Lasarte y Acevedo, y entre algunos de los mejores jugadores del torneo. Pero antes, los trabajadores se vieron reflejados en estos esforzados deportistas que reivindican que el fútbol es un trabajo como cualquier otro. De paso, ayudaron a que muchos pudieran disfrutar tranquilos de su día, y eso no es poca cosa en los tiempos que corren.
Campeonato Uruguayo, Día de los Trabajadores, el rincón de las arañas, Profesor Hermes J. Sanabria, Torneo Apertura