El rincón de las arañas
Se dijo hincha, una vez estuvo cerca de venir como jugador, y en 2013 declaró que le encantaría dirigir al club de las once estrellas. Aunque finalmente se desmintió, esto sería un plus para el fútbol uruguayo, no solo para una institución en particular. Pero no se ponga triste, un empate más y el nombre de Diego Armando Maradona vuelve a sonar en todos los medios y en la calle, de forma inversamente proporcional al de Jorge Orosmán Da Silva.
En oportunidad de nuestro paso por la dirección técnica del Sportivo Carabelas de Don Torcuato, tuvimos el privilegio de recibir a Diego para dar una charla motivacional a nuestros jugadores. Más allá de ser una bellísima persona, cambió la vida de aquellos anónimos muchachos para siempre. Y eso es lo que produciría su llegada, un profundo cambio en nuestro país, más allá de lo netamente futbolístico.
A nivel periodístico, la presencia de Maradona potenciaría nuestro ámbito profesional. Por ejemplo, Diego almorzando en “Rumbo a la Cancha” con Baíllo y Cucuzú con móvil en vivo para Intrusos, sentado en la mesa de “K- Pos” transmitiendo en simultáneo por ESPN, o protagonizando un reality con su paso por nuestras canchas conducido por alguna joven promesa de Tenfield. Posibilidades infinitas que debemos aprovechar.
En lo futbolístico, la idea sería más o menos la misma que llevó a cabo en Mandiyú, con toques de lo que plasmó en la selección argentina. Además, declararía abiertamente: “Quiero a Tévez en Peñarol”, “El que no quiere a Peñarol, no quiere a la madre”, “Si mantenemos el plantel 2 años vamos a Japón”, “Novick juega bien pero no tuvo hambre”, “A Dibble en dos años lo van a ver jugando en el Barcelona”, “Juan Pedro es mi hermano, y el Contador fue como un padre”.
El “10” no es una persona de quedarse quieta y ceñirse solo al trabajo de campo. Como alguna vez hizo, impulsando el Sindicato Mundial de Jugadores, Maradona sacudiría las estructuras creando una Mutual paralela que pondría en jaque a Enrique Saravia y sus muchachos. A su vez, cada estadio o cancha chica tendría una plaqueta del estilo “En este banco dirigió por primera vez Diego A. Maradona. 17/10/16”, “En este mediotanque comió un chorizo el mejor jugador de la historia”, o “Tribuna Diego Maradona”.
Ante un eventual éxito deportivo se empezarían a oír voces pidiéndolo como DT de la selección, y seguramente el mismo Diego conquistaría el corazón de los uruguayos pidiendo abrazar nuestra nacionalidad (además de tatuarse a Batlle y Ordoñez, Wilson, Seregni y Obdulio Varela). Como siempre pasa, la idílica relación entre Damiani y Maradona se iría deteriorando, hasta el punto de llegar a los programas de farándula de la vecina orilla, donde Diego sugeriría que al mandatario aurinegro le quedó algo adentro o se le escapó algún quelonio. Pero hasta en eso beneficiaría al fútbol uruguayo, por eso debemos permitirnos la llegada de D10S a nuestra tierra de campeones.
Diego Maradona, el rincón de las arañas, Peñarol, Profesor Hermes J. Sanabria, técnico