El rincón de las arañas
Muchas veces, la gente nos comenta que cuando ve declarar a Leo Ramos, se pregunta qué partido habrá visto. Pero mire que eso no pasa solo con Ramos, es algo que tiene que ver con que la subjetividad está presente en cada acto humano. Lo que nos quedó dando vueltas en la cabeza luego del triunfo de Peñarol ante Atlético Tucumán, es que tal vez la verdadera clave no está en el análisis táctico, sino en la interpretación de las declaraciones de los protagonistas.
Analizar el discurso es un pasatiempo fascinante. Cada uno va por la vida con determinadas convicciones, con un lenguaje corporal y una manera de pararse ante las situaciones. Si es una persona pública, sus declaraciones se amplifican y quedan en el aire durante mucho más tiempo. Usted dirá, ¿a qué quiere llegar este hombre con esto? Y hace bien en preguntárselo. Analizando las declaraciones de Ramos, y contrastándolas con las de Bianchi, defensa tucumano; no hacemos más que confirmar qué, por ejemplo, los familiares del jugador de Atlético Tucumán que no vieron el partido, tienen una sensación de injusticia totalmente opuesta a la de aquellos allegados a Ramos que se guiaron solo por las declaraciones del estratega.
“Creo que generamos muchas chances de gol y ellos empataron en una jugada desgraciada. Y con el empuje de la gente encontraron el segundo”, dijo Bianchi. Y agregó: “No generaron mucho, solo pelotazos”. Sin ir todavía a Ramos, Guruceaga, que también vio el partido desde adentro del campo, dijo: “Cuando no te llegan mucho es vital responder y fue clave para el triunfo”. Usted, que vio el partido igual que nosotros, sabe que la verdad siempre está en un camino del medio entre estas dos declaraciones, más tirando a que el calvo guardameta haya olvidado alguna llegada tucumana.
Pero Ramos, sin miramientos a la hora de decir lo que piensa, y a quien no le falta confianza, fue más lejos. “El equipo jugó bien y nos faltó estar más finos arriba para definirlo antes, cuando se complicó lo dimos vuelta con mucha actitud. No tuvimos la suerte necesaria en el primer gol que nos convierten, pero aplaudo la actitud y rebeldía que se mostró para ir a buscar el arco rival y dar vuelta el resultado”. ¿Generó Atlético Tucumán muchas chances o Guruceaga se aburrió en el arco? ¿El empuje del hincha fue crucial, o la rebeldía provino de la convicción del entrenador? ¿Peñarol fue una tromba que metió al rival en su arco, o apenas llegó por pelotazos? Hay tantas verdades como testigos, la diferencia está en cómo declaRamos.
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