El rincón de las arañas
Hoy que ya están los finalistas del certamen continental europeo, se imagina usted, querido lector con quien vamos el domingo, ¿no? De un lado, un Portugal liderado por un muchacho que cuida más la estética que su madre, su suegra, su señora y sus hijas juntas. Del otro, una Francia con un casi compatriota por elección como máxima figura.
Razones para querer una victoria gala hay varias, además de una por encima de todas. Para empezar, si hay algo a lo que este cronista aferra, es a aquella máxima que reza que en el fútbol está todo inventado. Vendrán a “llevarnos la contra” los sabios que pregonan revoluciones futbolísticas, modernos gurús de la táctica que encandilan a aquellos más desprevenidos, pero no a nosotros.Pero para los que ya peinamos canas, resulta un poco más difícil que surja algo que nos asombre. Y es con esa visión crítica que analizamos siempre cualquier acontecimiento en el que rueda la pelota. Esto es sencillo, Francia juega “al pan pan y al vino vino”. Dos líneas de cuatro, mucha pierna en el mediocampo, achicar espacios y un arquero que ataje las que tiene que atajar. Y arriba, un delantero con las características de nuestros grandes atacantes de todas las horas.
Así son las cosas, por suerte siempre podemos encontrar algo que nos brinde esperanzas y ganas de festejar. Francia despachó categóricamente a Alemania, y el “Gardel del fútbol” ya es finalista. Ojalá el domingo nos dé una alegría a todos los orientales.
El Aguante, el rincón de las arañas, Eurocopa, Francia, Profesor Hermes J. Sanabria