El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
Un comienzo de año atípico se vive en nuestro país. Habitualmente, son fechas en las que el humo proveniente de varios lugares impide ver las cosas con nitidez. Claro, el humo de la pirotecnia, el de los asados, el de la prensa deportiva con nombres de incorporaciones, y si todavía se prende fuego algún descampado por la sequía… imagínese lo difícil que es el tema de la visibilidad.
Pero este 2019 arranca distinto, y todo de la mano con el presupuesto. De pique, ya se vio menos pirotecnia. Algunos dicen que se debió a las campañas en contra de los fuegos de artificio, otros porque la gente se dio cuenta de que siempre es mejor invertir en alguna cerveza o tira de asado extra que quemar la plata. El tiempo lluvioso atentó contra varias de las fuentes de humo: por suerte, ayudó a que no hubiera por ahora incendios forestales, pero impidió también que muchos hicieran asado en la medida que hubieran querido. Otros le echan también la culpa al presupuesto, como los periodistas deportivos, que no pueden dar rienda suelta a la danza de nombres conocida como humo, porque los equipos del fútbol uruguayo han hecho pública su intención de bajar el perfil del gasto. Y, si Nacional hace una limpieza de esas que todo ser del bien querría hacer en su casa para empezar el año, si Peñarol no trae a nadie y se le van figuras, si los equipos menores siguen en su línea habitual de hacer mucho con poco… es difícil que haya humo.
Al final, todos sabemos que estas fechas son complicadas. Siempre se termina gastando mal y de más, aunque por ahora se viven momentos de poca novedad en temas de transferencias. Fíjese que lo más trascendente del período de pases, fue la queja pública de Gargano para con la dirigencia de Peñarol y la de Fucile para con la flamante directiva tricolor. Al final, la línea económica es la que termina prevaleciendo en cualquier casa de familia, institución o país. Como dijo un veterano dirigente, “y, si no aparecen los dineros es difícil…”.
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