El rincón de las arañas
Alguien dijo que “se juega como se vive”, y sus palabras no podían ser más acertadas. ¿Usted vio como juegan los brasileños? Siempre con una sonrisa, buscando la belleza en sus acciones, acaso emulando sus famosos carnavales. Seguramente, también haya visto a los alemanes. Eficientes, constantes, con la frialdad necesaria para ejecutar a la perfección cualquier fundamento del fútbol. Los uruguayos no somos ajenos a aquella máxima. Hoy, por ejemplo, se celebra en nuestro país una fiesta que justamente exalta al pasado como tiempo ideal y más feliz que el presente. Casualmente o no, este fin de semana vuelve el campeonato que le da fútbol y nostalgia en partes iguales, y al mismo precio. Insuperable.
La idiosincracia uruguaya lleva a que se valore, tal vez en demasía la experiencia. Por eso, quizás, se pueda explicar el por qué de la no llegada del prestigioso entrenador argentino Héctor Rodolfo Veira a nuestro fútbol. Una vez, ante una oferta firme de un club de nuestro medio, el Bambino se puso firme en su convicción de promover al primer equipo a la mayor cantidad posible de juveniles, a lo que se le respondió que acá juegan los veteranos. Aquello de “se juega como se vive”, siempre presente.
Nuestro fútbol le brinda posibilidades únicas al espectador. ¿Añora usted la magia y el buen pie del Mago Ligüera? Pues no lo extrañe, ¡si lo tiene vivito y coleando, volviendo por decimocuarta vez a Nacional en pleno 2016! ¿Quiere contarle al gurí de los goles y las guapeadas de Carlos Bueno? Entonces, nada mejor que llevarlo a ver a Liverpool. Ahí lo puede disfrutar, y todavía de yapa le viene un Joe Emerson Bizera “edición especial Korea Japón 2002”. De paso, aprovecha a nostalgiar con la versión vintage del Palma anti Casal.
Otro ejemplo: “Había un muchacho en defensor que la movía y hacia un bailecito a lo Bob Marley para festejar los goles… ah, ¡acá dice que juega el sábado de arranque contra Boston River!” ¿En qué otro país pueden decir que son tan afortunados de ver en vivo y en directo al Balón de Oro de Malasia 1997, en 2016?
La nostalgia en nuestro fútbol abarca incluso a las damas, que podrán rememorar cuan agraciado era el carilindo goal keeper Héctor Fabián Carini. No sea egoísta, lleve a la patronal a ver a Juventud y dele el gusto de volver al ’97. Por su parte, si usted es simpatizante bohemio, no se quede con nostalgia y vaya a ver a Peñarol. Va a reencontrarse con todos sus ídolos, casi igualitos que cuando jugaban de blanco y negro. Y si es aurinegro, no va a tener necesidad de añorar la gestión de Damiani como algo lejano en el tiempo, el fútbol nostalgia se lo regala más vigente que nunca.
Carlos Bueno, el rincón de las arañas, Martín Ligüera, nostalgia, Profesor Hermes J. Sanabria