El rincón de las arañas
Prof. Hermes J. Sanabria
En plenas vacaciones de setiembre, más concretamente este sábado 22, se celebra un nuevo Día del Maestro. Y por esas casualidades de la vida, perfectamente podríamos hablar de que los uruguayos venimos extendiéndolo a “la Semana del Maestro”, ya que Óscar Washington Tabárez viene estando en boca de todos como decía el slogan de una recordada marca de helados.
Algunos maestros recibieron sus regalos por adelantado, otros recibieron cartitas de sus estudiantes (lo de regalar manzanas ya quedó demodé), otros simplemente descansan y planifican para lo que vendrá. En el caso de Tabárez, la cosa viene por el lado de la inminente firma de un nuevo contrato por cuatro años, un monumento en la explanada de la Intendencia de Montevideo y, por si fuera poco, el viernes seguro recibe el saludo de algún ex alumno de sus épocas en Primaria. No está nada mal la semana, y bien merecido que lo tiene. Al fin y al cabo, en un país en el que son difíciles los consensos, podríamos hablar de que al Maestro se lo trata con bastante cariño.
Si está bien que se haga en vida o no, si la explanada municipal es el mejor lugar, si va a ser de bronce macizo, si hay personalidades que la merecen más… la verdad que a uno le interesa más el Tabárez de carne y hueso, el que si firma la renovación en estos días llega a tiempo para dar él mismo la lista de reservados. ¿Y sabe qué? Ahí, la Semana del Maestro se va a extender, porque todos sabemos cuánto se habla del entrenador de la selección en los días posteriores a una lista de reservados.
A esta altura deberíamos tener claro que, en Uruguay, las polémicas son como los clavos en el amor: una saca a la otra. Usted se habrá dado cuenta de que las enardecidas y acaloradas discusiones sobre la renovación del contrato del DT, quedaron un poco opacadas por las que se centran en si hay que erigirle o no un monumento. Después, las ausencias y las presencias en la lista de reservas taparán a la estatua y los convocados harán lo mismo con los reservados. Incluso, en el primer amistoso que dirija, se lo comparará con Coito en su interinato. Y así sucesivamente, es inevitable en un país propenso a polemizar. Feliz Semana del Maestro, para Tabárez y para todos los que día a día emprenden el camino de la educación. Porque es el único que nos traerá recompensas, aunque las polémicas lo transformen en una maratón con vallas.
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