El rincón de las arañas
La reciente incursión de la selección uruguaya por “el infierno de Barranquilla”, nos puso a pensar acerca del tema no menor del uso de la localía como elemento a favor. Por ejemplo, está perfecto ser buenos anfitriones como país, con el turismo, con las delegaciones extranjeras de toda índole; pero durante esos 90 minutos que dura un partido, hay que hacer pesar la localía.
Fíjese, querido lector, de qué forma lo hace Colombia. Luego de que le ganáramos 1-0 con un gol de Eguren en el camino a Sudáfrica 2010, cambiaron su localía de la más amigable Bogotá a la calurosa y húmeda Barranquilla. Ellos usan el calor, otros la altura, otros la humedad, otros el aliento de su público, otros la facilidad de sus jugadores para jugar en entornos favorables… ¿Por qué no usamos nosotros el Abraham Paladino o el Monumental Luis Tróccoli?
Lamentablemente, le dimos el Municipal de alternativa Charrúa a la gente del Rugby, porque era un escenario ideal para propiciar un clima de eliminatorias un tanto más hostil para el visitante de turno. Además, con esto se premiaría a un público diferente al del Estadio Centenario, de la misma forma que Brasil puede mudarse a Manaos, a Recife o al lugar más recóndito de la Selva Amazónica. Entendamos que no es un acto de maldad, que si nos toca jugar contra Venezuela o Colombia y justo es invierno, podamos fijar el Olímpico a las 22 horas con el pampero soplando cruzado.
Sin ningún prurito, cabe decir que un campo de juego en malas condiciones puede ser un plus para nuestro combinado. ¿Vienen rivales con buen trato de balón?, usemos alguna cancha que no les permite la libre circulación del esférico y llevemos el juego a donde más nos gusta. Mire que no es ningún pecado llevar a Neymar o a Messi a un estadio con una red lumínica levemente inferior al Camp Nou, o con algún bache más que los fields europeos. ¿Acaso Bolivia se compadece con llevar a los rivales a un lugar donde hasta a las llamas les falta el aire?
Consideraciones aparte, cabe destacar el rendimiento del combinado en tierras cafeteras. Lo que nos toca rever para futuras eliminatorias, es un mayor aprovechamiento de la localía. Confiamos en nuestros hábiles dirigentes, como siempre hemos hecho.
Abraham Paladino, el rincón de las arañas, Luis Tróccoli, Profesor Hermes J. Sanabria