El rincón de las arañas
Bohemio, copero y soñador, casi como usted pero en forma de equipo de fútbol. Así es el Montevideo Wanderers, hoy abanderado de Uruguay en las lides continentales. Una histórica institución que afronta la doble competencia derribando el mito de que no se puede, y con un plantel reducido. Teléfono para los grandes, justamente a uno de los cuales emigró masivamente el otrora elemento futbolístico wanderista. Pero el hincha no se va a ningún lado, y vive hoy un presente soñado de la mano de Ignacio González y su calidad inagotable (hoy injustamente suspendido).
El conjunto albinegro está acostumbrado a la escasa visibilidad, y a que los medios prefieran hablar de otros temas, como siempre que no juegan Peñarol, Nacional o la Selección. Pero eso ya no espanta al verdadero hincha de cuadro chico. Ese público tildado de avejentado por sus clásicos rivales de la zona del Prado, vive y disfruta hoy de una campaña histórica que lo llevaría a una explosión social para la que tal vez no está preparado.
Todo esto puede llevar a lo inevitable: que algún día aparezca esa nueva camada de simpatizantes bohemios, para mostrarle al mundo que para ser hincha de Wanderers no hay que ir al estadio con almohadón a cuadros, bufanda y caramelos de miel, además de la spica al oído. El joven, incluso el niño, puede sentirse atraído por el encanto de un club histórico, y por las mieles del éxito. ¿Se dará algún día ese boom cuando un equipo menor logre el éxito continental? ¿Veremos hordas de niños y jóvenes luciendo con orgullo la bonita casaca bohemia por las calles de Montevideo? ¿Habrá peñas wanderistas a lo largo y ancho de nuestro territorio?
La actual campaña nos lleva a preguntarnos, ¿qué tiene este Wanderers? Algo debe tener un cuadro al que le desarman el equipo, y sigue pasando de ronda mientras sus ex jugadores hoy en otro equipo lo miran por TV. Este Wanderers porta la grifa característica de todos los grandes equipos bohemios, aquellos conocidos por su fútbol atildado y de buen pie. Esa herencia está a salvo gracias a una manera de trabajar, y en gran parte también gracias al Chapita Blanco, que integró todos esos planteles.
Este cronista desea que sigan los éxitos, y se permite decirle al hincha indeciso que Wanderers es un club que sabe como cuidar a sus seguidores. Servicio de acompañantes en cada tribuna, y todas las garantías para arropar a una bullanguera aunque entrada en años parcialidad. Solo resta seguir disfrutando. Como cuando éramos jóvenes, hoy todos somos bohemios, coperos y soñadores.
Copa Sudamericana, el rincón de las arañas, Profesor Hermes J. Sanabria, Wanderers