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En 1987 se disputó la Copa América en Argentina y tuvo un invitado especial: Gardelito. La Conmebol, tomando de ejemplo que ocurría en otros torneos como la Copa del Mundo, impuso como exigencia que cada organizador debía presentar una mascota oficial del torneo. Fue así que un gaucho con una bufanda albiceleste y una pelota bajo el pie se transformó en la primera mascota oficial en la historia de la Copa América.
Ticó en Brasil 1989, Huaso en Chile 1991 y Choclito en 1993 en Ecuador fueron los sucesores, hasta que llegó el turno a Uruguay. Los charrúas hospedaron la Copa América en 1995 y Torito fue la mascota oficial. Un toro, haciendo alusión a la actividad ganadera del país, con camiseta celeste y pateando una pelota fue la imagen del torneo. Además la mascota no quedó solo en los dibujos sino que también tuvo su muñeco, que posaba junto a los jugadores en la previa de los partidos.
Tatú en el 1997 en Bolivia y Taguá en Paraguay en el ’99 fueron las últimas dos mascotas del siglo XX. Américo, en Colombia, fue la primera mascota del S. XXI en Copa América. Chasqui en Perú, Guaky en Venezuela y Tangolero en Argentina continuaron con la tradición. En 2015 en Chile, llegó el turno de Zincha, un zorro futbolero que fue la última mascota oficial.
En la previa a la Copa América Centenario surgió la expectativa ya que en Estados Unidos, uno de los países en los que los equipos de distintos deportes explotan a pleno el marketing, la mascota seguramente iba a ser especial. Pero el tiempo pasó y no hay respuesta para una pregunta que ronda en el mundo futbolero: ¿Y la mascota?
Al parecer, tras doce ediciones, la Copa América no tendrá una mascota que la acompañe.
Las mascotas en la historia de la Copa América.
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